Al menos tres personas fallecieron ayer por una tormenta de nieve que se registra desde el viernes en España, inédita en medio siglo y por la que centenares de vehículos quedaron bloqueados, se cerró el aeropuerto de Madrid y parte del país está paralizado. Aunque lo peor aún está por venir ya que se espera que el pico del fenómeno ocurra la semana que viene, con temperatura de 15 grados bajo cero.

"Afrontamos el temporal más intenso de los últimos cincuenta años", aseguró este sábado el ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska, tras "lamentar tres fallecimientos" en la tormenta y pedir a los ciudadanos de las regiones más afectadas que permanezcan en sus casas.

Este temporal o borrasca, bautizado como "Filomena", hizo que se declarara la alerta roja en cinco regiones de España, entre ellas Madrid.

Las vías terrestres, ferroviarias y aéreas fueron cortadas por las violentas borrascas de nieve que se abaten desde el viernes por la tarde sobre gran parte del país.

El ministro insistió en que las "nevadas van a pasar a ser heladas" en los próximos días, y las temperaturas de hasta -10 grados están previstas para la semana entrante.

En la capital, que no había conocido semejante nevada desde 1971, se vieron esquiadores en la célebre plaza de la Puerta del Sol e incluso a un hombre en un trineo tirado por cinco perros.

"La situación es de extrema gravedad" en Madrid, advirtió el alcalde José Luis Martínez-Almeida en Twitter, e instó a los habitantes a no salir de sus casas.

"Trabajamos para liberar los accesos a los hospitales lo más rápido posible, pero es algo complicado mientras sigue nevando", dijo el alcalde.

Es de tal magnitud la situación que se vive en la región centro y norte de España, que dos argentinos que viven en las afuera de Madrid, en Torredolones (norte) y Móstoles (sur), coincidieron en que al principio fue que pasaron de "flipar" (entusiasmarse) por la nevada a sentir "temor" porque empezaron a tener dificultades para concurrir al trabajo o abastecerse en los supermercados.