Alan García. El expresidente de Perú al ingresar a la embajada uruguaya.

El gobierno de Uruguay advirtió ayer que resolverá en un "plazo prudencial", y "con naturalidad y sin dramatismos", el pedido de asilo hecho por el expresidente de Perú Alan García, quien justificó su decisión en un supuesto "clima de persecución política".

"Una cosa es aceptar la solicitud y otra expedirse sobre la misma; lo que hemos dicho es que la solicitud está recibida y se están dando los pasos para resolver", afirmó el vicecanciller de Uruguay, Ariel Bergamino.

El funcionario aseguró que el gobierno uruguayo tomó "con naturalidad y sin dramatismos" el pedido hecho por García en la noche del sábado, horas después de que el juez, Juan Carlos Sánchez Balbuena, le prohibiera salir de Perú durante 18 meses mientras se investiga si cometió colusión y lavado de activos en relación con el caso de los sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht.

García ingresó entonces en la residencia del embajador de Uruguay en Lima, Carlos Barros, desde donde pidió el asilo y donde permanecía ayer rodeado de una nutrida custodia policial, después de que frente al lugar se reunieran el domingo numerosas personas para manifestarse a favor y en contra del exjefe del Estado.

Bergamino sostuvo que su gobierno tomará un "plazo prudencial" para analizar la solicitud de García porque, "según el tratado de 1954, si se concede (el asilo), Uruguay considera que hay persecución política".