Un deslave de agua, lodo y rocas dejó hoy seis muertos, 35 desaparecidos y 60 viviendas soterradas en una comunidad rural al norte de la capital de El Salvador, azotada por fuertes lluvias, informaron las autoridades locales.

"Es una tragedia la que vivimos en la zona de Los Angelitos 1 y 2", dijo el ministro de Gobernación, Mario Durán, al constatar los daños y liderar las tareas de rescate.

Durán explicó que fue "una lluvia tremenda en la noche, 133 milímetros de agua es impresionante y generó un alud de tierra que afectó 60 casas, 35 personas desaparecieron, seis encontramos sin vida" hasta el momento, explicó.

Unos 300 socorristas, policías y militares se desplazaron a la zona, a 20 kilómetros de San Salvador, para coordinar la búsqueda de los desaparecidos, reportó la agencia AFP, y agregó que socorristas evacuaron de la zona a una treintena de personas evacuadas en una iglesia.

Por su parte, el ministro de la Defensa, René Francis Merino, informó que el equipo de perros de las Fuerzas Armadas trabaja también en tareas de rescate.

La fuerte correntada de agua, lodo y rocas gigantescas bajó desde la parte alta del volcán de San Salvador, y en su recorrido arrastró árboles y viviendas.

El alud pasó sobre una autopista hasta llegar a una quebrada que cruza el centro de Nejapa, una ciudad de 30.000 habitantes, donde se reportaron daños en viviendas, pero no se reportaron víctimas.

La autopista, que une la capital con ciudades del norte como Nejapa y Quezaltepeque, quedó bloqueada por el deslave.

"Sentí que la casa temblaba y que se movía”, dijo Miguel Ángel Erroa, un campesino de 61 años, al describir la fuerza de la corriente que bajó desde las laderas del volcán.

"Yo no pude hacer nada. Falleció mi esposa, no hallan a uno de mis hijos y tengo otro en el hospital", agregó entre lágrimas.

La última tragedia por un deslave desde el volcán de San Salvador se produjo el 19 de septiembre de 1982, cuando una corriente de agua, barro y rocas barrió a la colonia Montebello, en la periferia norte de la capital, provocando más de 300 muertos la sepultara de 160 viviendas.