El papa Francisco abandonó el hospital y regresó al Vaticano ayer después de ser tratado de bronquitis. "Todavía estoy vivo", dijo Jorge Bergoglio.
El Papa, de 86 años, fue trasladado el miércoles al hospital Gemelli de Roma tras quejarse de dificultades respiratorias, pero respondió rápidamente a una infusión de antibióticos, según ha informado su equipo médico.
Para mostrar que estaba totalmente recuperado, Francisco salió de su coche antes de abandonar el recinto del hospital, utilizando un bastón para apoyarse.
Saludó a los que le deseaban lo mejor y habló brevemente con los periodistas que lo esperaban, confirmando que presidiría la misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro y pronunciaría su habitual discurso semanal a los fieles.
Francisco presidirá el Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro del Vaticano, aunque la liturgia estará oficiada desde el altar por el cardenal argentino Leonardo Sandri.
La misa de hoy da inicio a una semana de actos pascuales y el Vaticano dijo posteriormente que el Pontífice participaría en esas celebraciones, apoyado por cardenales.
Antes de subir al coche, Francisco abrazó a una madre sollozante, cuya hija Angélica había fallecido en el hospital, y rezó con ambos progenitores.
También firmó la escayola de un niño con un brazo roto y saludó desde la ventanilla de su coche mientras se alejaba. A la pregunta de los periodistas de si había sentido miedo durante su estancia en el hospital, respondió: "No, miedo no".
"En un hospital hay mucho heroísmo, mucha ternura por los pacientes. Los enfermos somos caprichosos. El capricho viene con la enfermedad. Hay que tener paciencia", dijo, alabando el trabajo de todo el personal del Gemelli.
"Fui a la sala infantil y vi con qué ternura cuidaban a los niños", dijo. "Ahora necesito dormir cuatro días", bromeó tras responder a las diversas preguntas. El Papa, que en marzo cumplió 10 años de pontificado, ha sufrido varias dolencias en los últimos años.
Fue hospitalizado por última vez en 2021 para someterse a una operación de colon, pero en aquella ocasión no se mostró públicamente mientras abandonaba el Gemelli. Se enfrenta a una semana de pruebas, ya que la Iglesia católica romana se prepara para la fecha más importante de su calendario -el Domingo de Pascua, el 9 de abril- con una serie de ceremonias, servicios y procesiones.