Una mujer que tiene el rostro desfigurado y sufre de toxoplasmosis cerebral, iba a someterse a la eutanasia a fin de mes, pero cambió su decisión luego de abrazarse con el Papa Francisco en Colombia.
 

Consuelo Córdoba tiene su rostro arruinado por haber sido atacada con ácido por su ex marido, Dagoberto Ensuncho, en 2001. Su sueño de ser una estilista profesional se arruinó de un día para otro y vivió durante los últimos 16 años de la caridad de otras personas. El 29 de septiembre había arreglado recibir la inyección que pondría fin a su vida.
 

Pero un abrazo le transmitió una nueva energía que la resucitó. Consuelo acudió el jueves pasado a la sede de la Nunciatura Apostólica, donde el Papa se alojó las cuatro noches de su visita a Colombia, para recibir la bendición del Pontífice para morir en paz y también explicarle los motivos de su determinación.
 

La mujer descreía que ese encuentro se pudiera dar, pero de repente mientras aguardaba su turno en medio de la gente, uno de los escoltas la agarró y la llevó delante de Francisco.

Tras ese breve momento frente a él y luego de abrazarlo, decidió descartar la eutanasia. "Le dije que quería morir y que el 29 de septiembre me aplicaban la inyección porque ya todo estaba listo", expresó Córdoba. Sin embargo, ahora, ella se niega a recibir la eutanasia y piensa someterse a cirugías con el apoyo de donantes para mejorar sus condiciones de vida. "Voy a decirle al doctor que muchas gracias por la inyección, pero que se la aplique a otro".
 

En Colombia, las cifras de ataques a las mujeres con ácido son alarmantes. Según Medicina Legal, desde 2004 hasta 2016 se registraron 1151 ataques. No obstante, hay muchos que no se conocen por el temor de las víctimas a denunciar.