"Ilegales". "Las medidas ilegales que ha pretendido tomar Donald Trump contra el pueblo de Venezuela sencillamente violan la legalidad internacional", dijo Maduro durante una alocución trasmitida en cadena de radio y televisión.

 

Estados Unidos golpeó ayer por primera vez al sistema financiero venezolano con sanciones pero evitó de nuevo apuntar a la importación de petróleo, el núcleo de la economía del país sudamericano.

El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó ayer una orden ejecutiva por la que prohíbe las "negociaciones en deuda nueva y capital emitidas por el Gobierno de Venezuela y su compañía

petrolera estatal (PDVSA)".

La prohibición afecta a las negociaciones hechas en EEUU o por una "persona de Estados Unidos", término que, como precisa el Departamento del Tesoro, se refiere a los ciudadanos con esa nacionalidad, los residentes permanentes, entidades organizadas bajo la ley del país, cualquier jurisdicción en el país (incluidas filiales internacionales) o cualquier persona en Estados Unidos.

El Gobierno de Trump argumenta que estas nuevas sanciones responden a "recientes acciones del Gobierno de Venezuela", como el establecimiento de una "ilegítima" Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que "ha usurpado el poder" de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento, de mayoría opositora) "elegida democráticamente" y de "otras ramas del Gobierno".

Asimismo, son una medida de presión ante la "corrupción pública rampante" y la "represión y persecución, y violencia, contra la oposición política". Lo que busca además EEUU con estas sanciones es "proteger" su sistema financiero de "complicidad en la corrupción de Venezuela y en el empobrecimiento del pueblo venezolano", indicó la Casa Blanca en una nota.

Maduro pidió "juicio histórico" a venezolanos que pidieron sanciones de EEUU.

Preguntado por las consecuencias políticas de las sanciones, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo que EEUU no pretende "cambiar el liderazgo (en Venezuela) "per se"", sino que busca "restaurar el proceso democrático".

El decreto prohíbe que los estadounidenses operen con nuevos bonos venezolanos, lo que dificultará la refinanciación de la fuerte carga de deuda de PDVSA. Los inversores esperaban que la empresa buscara aligerar sus próximos pagos mediante tales operaciones, como lo hizo el año pasado, lo que usualmente requiere nuevas emisiones.

La medida podría acercar a la compañía a una posible cesación de pagos, o aumentar su dependencia de sus aliados China y Rusia, que ya han prestado a Caracas miles de millones de dólares.

La decisión también impide que la refinería de Venezuela en Estados Unidos Citgo Petroleum envíe sus dividendos al país sudamericano, dijo un funcionario de alto rango, en un nuevo golpe a las arcas de PDVSA.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que hará "anuncios muy importantes" para responder a las sanciones. "Nos vamos a liberar del financiamiento estadounidense, habrá que pasar por sacrificios, pero hay que blindar al país para romper todos estos mecanismos de bloqueo", afirmó Maduro en Twitter.

La orden, sin embargo, no prohíbe el comercio de crudo, lo que habría remecido a la industria petrolera y habría sumido a Venezuela en una crisis económica aún más severa, en medio de escasez de alimentos y una galopante inflación.

El pasado 9 de agosto EEUU anunció la última lista de sanciones a funcionarios venezolanos, entre ellos, Adán Chávez, un hermano del fallecido presidente Hugo Chávez, en una nueva muestra de presión sobre Caracas tras la instauración de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), integradas completamente por oficialistas y cuestionada por la oposición. Justamente desde que empezó a funcionar la Asamblea, Washington denomina "dictadura" al gobierno de Maduro.