El papa Francisco ha convocado a los presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo los próximos 21 a 24 de febrero en el Vaticano para hablar de la prevención de los abusos a menores.

"El Santo Padre, tras escuchar al Consejo de Cardenales, ha convocado una reunión con los presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo para hablar de la prevención de abusos a menores y adultos vulnerables", señaló la vicedirectora de la oficina de prensa del Vaticano, Paloma García Ovejero.

Hoy, Francisco recibirá a varios obispos de Estados Unidos tras los escándalos de abusos que han salpicado a la Iglesia de ese país. Al Vaticano acudirán hoy el presidente de la Conferencia Episcopal estadounidense, el cardenal Daniel Di Nardo, arzobispo de Galveston-Houston, y el cardenal y arzobispo de Boston Seán Patrick O"Malley, que es además presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores. También el arzobispo de Los Ángeles y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, José Horacio Gómez, y el secretario general, Brian Bransfield.

De forma paralela, ayer concluyó la reunión de tres días que han mantenido en el Vaticano el consejo de nueve cardenales nombrados por el papa para ayudarle en sus reformas, el llamado C9. En la última sesión de ayer, no estuvieron presentes los cardenales Francisco Errázuriz Ossa, arzobispo emérito de Santiago y muy cuestionado en Chile por los escándalos de abusos a menores; George Pell, que afronta en Australia un juicio relacionado con abusos sexuales; ni Laurent Monsengwo Pasinya.

El pasado lunes, el C9 ya explicó que había propuesto al papa reflexionar sobre "el trabajo, la estructura y la composición del consejo". La próxima reunión del C9 tendrá lugar los próximos 10, 11 y 12 de diciembre.

Hoy, Francisco recibirá a varios obispos de Estados Unidos.

La reunión prevista para febrero próximo supone un punto de inflexión clarísimo en la política contra los abusos a menores en el mapa internacional de la Iglesia. El tratamiento y la atención recibida, en función de los países donde han sucedido los crímenes contra menores, a menudo ha sido algo dispar. La decisión del Papa es, en suma, una llamada al orden a todos los referentes de la Iglesia y constituye un paso adelante para la unificación de las medidas de prevención y castigo.

Para algunos observadores, que consideran que esta es la primera cumbre en su tipo, este gesto muestra una toma de conciencia de que el abuso sexual por parte del clero es un problema global y no está restringido al mundo anglosajón.