La ciudad colombiana de Mocoa era ayer una zona de desastre, donde decenas de socorristas buscaban
entre una espesa capa de lodo a supervivientes, heridos y cadáveres dejados por la avalancha que asoló en la madrugada del sábado la capital del selvático departamento de Putumayo.
El río Mocoa y sus afluentes Sangoyaco y Mulatos formaron riadas de agua, lodo, piedras y árboles que arrasaron 17 barrios de esta ciudad de unos 45.000 habitantes situada en el sur del país, en la zona de frontera con Ecuador.

Al menos 210 muertos, entre ellos unos 43 menores de edad, y 203 heridos dejaba la tragedia, según cifras divulgadas por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, que viajó por segundo día consecutivo a la zona para comandar las tareas de atención de las víctimas.

Gran parte de la capital de Putumayo, un departamento tradicionalmente afectado por el conflicto armado y los cultivos de coca, permanecía ayer bajo una espesa capa de lodo en la que sobresalían restos de casas, muebles, troncos y decenas de vehículos arrastrados por fuerza de la naturaleza.

‘El número de fallecidos creció a 210, tres más que los que teníamos cuando iniciamos este balance‘, aseguró Santos en Mocoa, adonde ayer llegó acompañado por su esposa, María Clemencia de Santos, y varios de sus ministros.
Según el jefe de Estado, del total de fallecidos 170 fueron identificados ‘en tiempo récord‘ y 112 ‘están a disposición de la Fiscalía para ser entregados a sus seres queridos‘.