Tres sanjuaninos y un mendocino. Más o menos la misma relación de los últimos años en cada una de las definiciones que tiene el hockey a nivel nacional. Esa es la que tendrá este Campeonato Argentino que empezó de menor a mayor -en cuanto a emociones- y que entre hoy y mañana tendrá una definición a pedir de todos.

Es que a semifinales llegaron no sólo dos grandes e históricos como Concepción y Estudiantil sino que el otro es justamente el que domina el escenario actual: Valenciano. Y, como yapa, el mendocino que los desafiará es Petroleros, el recientemente consagrado campeón sudamericano de la especialidad.

Hasta el momento el torneo -que se ha jugado íntegramente en el estadio cubierto del Parque de Mayo- ha tenido buenas y malas. Entre las primeras, resalta el nivel competitivo, dado que se dieron choques interesantes y prácticamente ningún equipo desentonó. Entre las otras, la poca asistencia de espectadores, que se han perdido excelentes espectáculos. Seguro que entre hoy y mañana, el marco del Cantoni será acorde a la calidad del torneo.

En los tres primeros días, el tema horario fue todo un problema. El último partido de esas jornadas terminó pasada la 1 de la madrugada. Pero todo mejoró el jueves, con los cuartos de final, y a pesar que los dos Estudiantil terminaron definiendo por penales, lo hicieron antes de la medianoche. Respetar los horarios para hoy y mañana es vital. Un tema de la organización (en general, buena hasta ahora).

De las semifinales propiamente dichas casi como que no haya nada para aventurar. La primera (Valenciano-Petroleros, desde las 19.15) es el choque de dos modos distintos de sentir el hockey. Los de La Barraca, a puro temperamento. Los mendocinos, con completo orden. Eso sí, ambos con calidad de movimientos.

La segunda (Concepción-Estudiantil, desde las 20.45) simplemente el enfrentamiento entre dos escuelas distintas. También con protagonistas fuera de serie. Un partido ajedrecístico en el que los arqueros jugarán un rol fundamental.

Día de semifinales en el Cantoni. Tarde-noche de emociones imperdibles.