Alegría total. Romero culminó su obra maestra y saluda al público. Redondo, la otra figura destacada, lo sigue para felicitarlo. (Fotos: Marcos Urisa y Mariano Arias).

Iban 34 minutos de juego cuando Luka Romero recibió una pelota en el círculo central. Amagó hacía afuera para cubrir la marca de un rival y giró hacía adentro metiéndole un caño tremendo a Noah Karunaratne, que levantó la aclamación de las 25.000 personas que asistieron ayer al estadio "San Juan del Bicentenario". La cosa no paró allí, porque esas mismas voces se llenaron de gol cuando el zurdo nacido en México, pero eligió jugar para Argentina, metió un pique de 25 metros y antes de que reaccionaran los defensores de Nueva Zelanda cruzó un zapatazo que se coló en el ángulo del arco defendido por Kess Sims. Era el tercer gol, el que afirmaba una victoria clara y contundente (terminó 5-0) de un equipo que salió a la cancha con la misión de ganar el partido para quedarse con el primer lugar del grupo y, a pesar de la abismal diferencia de jerarquía individual y colectiva que tuvo con su adversario, plasmó la victoria con autoridad y fundamentalmente seriedad.

Hubo lujos, sí. Pero ejecutados para darle fluidez al juego. Nunca para sobrar a un rival más débil, que asumió con hidalguía su rol de partenaire. Nueva Zelanda, con todas sus limitaciones e ingenuidades a cuestas, nunca pegó ni recurrió a acciones desleales.

Fue concierto del equipo que Mascherano puso en cancha, con más de la mitad de jugadores que no son titulares habituales. Tuvo solidez en el fondo, porque Vega, Di Lollo y Gómez no tuvieron problemas en anular a Oliver Colloty, quien sufrió su papel de llanero solitario.

Imagen repetida. Maestro Puch remata en libertad, con todos los rivales desairados por el pase filtrado de Redondo.

A esa solidez defensiva, le adosó una interesante fluidez futbolística en la mitad de la cancha, que nació en los pies de Redondo, el encargado de clarificar a un toque, y de Miramón, que junto al volante central de Argentinos Jrs., se alternaban para dar una mano atrás, tirándose como lateral si el rival recuperaba en mitad de cancha.

Infantino y Romero pusieron su habilidad al servicio de un equipo que presionó arriba obligando a los rivales a jugar a algo que les cuesta, como es jugar a un toque, recuperando pelotas que una tras otras, como el martirio chino de la gotita, terminaban indefectiblemente en ataques por afuera encabezados por los desbordes de Gauto y Aguirre, cuyos centros eran estiletazos que minaban el alma de los oceánicos.

Antes del gol de Romero, Maestro Puch (de cabeza) a los 13 minutos abrió la cuenta. Tres minutos después, Infantino con un remate cruzado metió el 2-0.

Argentina había definido el partido temprano y quedaban aún 45 minutos. Que se iniciaron con el cuarto gol, el que convirtió de penal Aguirre, a los 5', tras indicación del VAR. Vinieron los cambios, y Veliz, con otro cabezazo (41') cerró una goleada que ilusiona.

> Uzbekistán terminó segundo en el grupo

Uzbekistán, beneficiado por la goleada de la Argentina ante Nueva Zelanda, se clasificó ayer a los octavos de final del Mundial Sub-20 con el triunfo ante Guatemala, por 2 a 0, correspondiente a la tercera y última fecha del Grupo A.

El delantero Shakhzodjon Nematjonov marcó por duplicado en el estadio Único Madre de Ciudades de Santiago del Estero.

El seleccionado uzbeco finalizó segundo con cuatro puntos, la misma cantidad que Nueva Zelanda pero con mejor diferencia de gol: +2 contra -3. Guatemala, por su parte, terminó último en el grupo, sin unidades.