La goleada en La Pampa y los incidentes que se produjeron en la vida interna de Sportivo Peñarol parecían conducir al final anticipado del ciclo de Cristian Bove. Es más, se especulaba que en la reunión de Comisión Directiva de todos los lunes, se le pondría cierre a esta etapa pero no fue así porque el propio presidente de Peñarol, Oscar Cuevas, decidió sostener como sea el proceso y ratificó todo su respaldo a Bove y su cuerpo técnico para lo que resta de temporada que son 4 partidos.

Cuevas fue categórico en todo momento: "Nunca se me cruzó la idea de terminar con el proceso de Bove. Sería una imprudencia por el momento en el que estamos de la temporada con sólo cuatro partidos por delante y con la ilusión concreta de saber que estamos a 6 puntos de entrar en el Reducido. Somos conscientes de que estamos también apenas un punto arriba de la zona de descenso pero confiamos siempre en este grupo, en el técnico y en el plantel, fundamentalmente. No es prudente cambiar, además todos los procesos tienen sus tiempos y con apenas cuatro partidos por jugar, no sirve demasiado abortar un proceso en el que siempre creímos. Ahora, es el momento de unirnos todos. De confiar en lo que resta y saber que podemos mejorar, que tenemos material para hacerlo".

El momento de Peñarol no es fácil y si bien debe afrontar fecha libre este fin de semana, luego tendrá dos partidos como local ante Sol de Mayo y Huracán Las Heras que podrían reacomodarlo en las posiciones, asegurando la plaza en el Federal A y luego, viendo si le alcanza para meterse en el Reducido. Ese escenario implica que se serenen las aguas y a eso apostó el presidente Cuevas, yendo incluso contra un frente interno dentro de la comisión Bohemia que quería la salida de Bove. El episodio en La Pampa entre el propio técnico y el responsable de prensa con golpes incluidos, enrareció todo en Chimbas pero la palabra del presidente desactivó todo eso y calmó las aguas de cara a una semana completa de trabajo que terminará el miércoles próximo cuando reciba a Sol de Mayo en San Juan, obligados a ganar.