Se suele decir que en el fútbol ‘un día puede ser una eternidad’. Claramente para el delantero Leandro Espejo esto es una declaración de principios. O al menos eso se desprende de su accionar en esta semana. Es que la figura de Peñarol en el reciente Federal A pasó de desmentir el lunes a DIARIO DE CUYO cualquier acercamiento a Talleres de Córdoba, al viernes estampar la firma en el vínculo con el club que escolta a River en la Liga Profesional. Dejando en el medio (el martes) en su perfil de Facebook una ‘despedida’ a su querido Bohemio, pese a que según Oscar Cuevas, el presidente de la Liga Sanjuanina de Fútbol y quien aún define el destino dirigencial de Peñarol, el jugador tenía contrato vigente hasta el 31 de diciembre del 2021. No es ‘extraño’ el proceder de Espejo en los tiempos modernos del fútbol, aunque no por ello dejan mucho que desear. No sólo de parte del futbolista que marcó diez tantos en el reciente Federal A, sino de la gente que maneja su carrera. Muchas veces los players hacen y deshacen de acuerdo a lo que le dice en sus oídos gente que tiene intereses que se codean con lo económico principalmente. Por lo pronto, Espejo tendrá una recuperación de al menos dos meses de su rotura parcial de los ligamentos en la rodilla izquierda. Luego, tendrá su chance en Talleres, aunque hacía cinco días afirmaba no saber ‘nada’.


Antecedente

El alejamiento de Espejo tiene ciertas similitudes con el de otra joya formada en Peñarol, Alan Cantero. En 2019 y tras ser figura en el Torneo del Interior, el delantero llegó a Godoy Cruz, aunque en su caso no había contrato vigente con el Bohemio.