Con la nota principal en la tapa de ayer del diario deportivo Olé se hizo público un tema que hasta ayer, según contó el periodista especializado en tenis Guillermo Salatino, sólo era conocido en los círculos íntimos: que la salud de Guillermo Vilas, de 67 años, ganador de cinco torneos del Grand Slam, muestra signos cada vez más evidentes de un deterioro cognitivo. En el desarrollo de la nota se informa que Vilas manifiesta desde hace algunos años síntomas de una degeneración mental, probablemente Alzheimer. El ganador de dos Abiertos de Australia, dos Roland Garros y un Abierto de Estados Unidos entre los años 1977 y 1979 reside desde hace dos años en Mónaco, con su familia, su mujer y sus cuatro hijos. Sus apariciones públicas se han hecho cada vez menos frecuentes y las imágenes más recientes que han trascendido de él son las que su familia publica en redes sociales, con motivo de su último cumpleaños, o del encuentro que tuvo en Mónaco el pasado octubre con su antiguo rival Björn Borg. "Su salud mental está cada vez peor. Tiene algunos momentos de lucidez, pero no tiene plena conciencia de lo que sucede a su alrededor, incluso ha llegado a desconocer a amigos. Tiene momentos en los que no puede mantener el hilo de una conversación", explica su estado actual un allegado al extenista argentino en el artículo publicado por Olé.

Salatino confió que se dio cuenta de que algo le ocurría hace cuatro años cuando grababa un programa en televisión con quien "refundó" al tenis en la Argentina. "Con lo que conozco de la vida personal de Guillermo (Vilas), Batata (José Luis) Clerc, Gabriela (Sabattini) y Nalbandían (David) podría escribir un best seller, pero prefiero ser amigo y no ventilar temas personales", sentenció.