El jefe del equipo Red Bull, Christian Horner, aseguró ayer que es "factible" que se pueda disputar a puertas cerradas el Gran Premio de Austria de Fórmula 1, previsto para el 5 de julio, en lo que sería el inicio del Campeonato Mundial, que no llegó a comenzar en 2020 a raíz de la pandemia de coronavirus.

Las nueve primeras carreras del calendario de la Fórmula 1 fueron suspendidas por la pandemia y se espera una definición de qué sucederá con el Gran Premio de Francia, programado para el 28 de junio.

Si el Gran Premio francés no puede correrse, lo que parece bastante posible, entonces el de Austria será el que abriría el campeonato ya que el Gobierno austríaco adelantó que "no pondrá trabas" a la disputa de la competencia, siempre que se haga a puertas cerradas, según un cable de la agencia Europa Press. "El circuito de Austria está preparado para ser utilizado y puede estar listo en un período de tiempo muy corto para ajustarse a los criterios de la FIA. La posibilidad de poder disputar una carrera a puertas cerradas es absolutamente factible", dijo Horner. El británico explicó que el Mundial va a seguir una ruta organizada de regreso, que contemplará "carreras televisadas con un personal operativo limitado" para que se pueda poner en marcha el campeonato.