Desde 2005 a 2019, Lorena Rodríguez jugó Mundiales con la camiseta de la selección argentina y ganó dos títulos ecuménicos. Ahora ya no luce la celeste y blanca, sino una remera del cuerpo técnico albiceleste; en otro rol, sin la cinta de capitana, pero con la misma pasión e intensidad. A 17 años de su primera convocatoria, por primera vez la histórica excapitana de Las Águilas vive desde adentro un Mundial en su tierra y confesó que tiene nostalgia de su etapa como hockista en actividad. "Extraño todo de ser jugadora en un Mundial, pero a la vez disfruto esta nueva etapa en el cuerpo técnico. Aporto desde mi lugar y mi experiencia", dijo Lorena, quien es una de las asistentes que tiene el entrenador Darío Giuliani.
La exjugadora de Concepción jugó por última vez con la selección en la final del Mundial Barcelona 2019 (derrota ante España), mientras que colgó definitivamente los patines en agosto de 2021, en su querido CPC.
Con Las Águilas las vivió todas, fue parte de equipos inolvidables, aprendió primero de las que abrieron el camino y luego fue referente de las nuevas generaciones.
"Lo que les digo a las chicas es que disfruten los momentos. Hoy me doy cuenta que en estos torneos se viven cosas únicas de grupo que no se repiten. Después están los consejos de lo que puede pasar en cancha", apuntó Lorena, quien de paso se ilusionó con lo que puedan hacer Las Águilas en la instancia decisiva.
"El equipo está bien, con mucha motivación. Varias de las jugadoras del plantel tienen sed de revancha por la última final. Van a tratar de aprovechar esta oportunidad y de dejar a la Argentina en lo más alto, se lo merecen", dijo.
Disciplina y dos títulos mundiales
En buena parte de su vida, Lorena Rodríguez integró el seleccionado nacional de hockey sobre patines y entre sus máximos logros están las conquistas en los mundiales de Alcobendas 2010 (España) y Tourcoing 2014 (Francia). Hoy, esa experiencia cotiza en bolsa para un equipo que juega de local este torneo ecuménico.
Por otro lado, la impronta de Lorena en la disciplina fue tan importante que ha tenido reconocimientos merecidos, como por ejemplo que el polideportivo del barrio UDAP III, en Rivadavia, lleva su nombre

