A las 20.45 el colectivo que trasladó a la selección nacional ingresó al estadio de San Martín. Cerca de 300 personas estaban en el portón a la expectativa y cuando vieron avanzar por calle Mendoza a la movilidad el grito de ¡Diego, Diego! empezó a retumbar. Maradona, sentado en la primera butaca, corrió la cortina y saludó. Así ingresó, con el resto del plantel sentado en los asientos siguientes, aunque a diferencia del Maradona, ninguno saludó.
Ese fue el único contacto de la gente con la selección, después a esperar que salieran para volver a repetir la misma rutina. Eso paso a las 22.30, cuando tras un entrenamiento informal, abandonaron el Hilario Sánchez para retornar esta noche para el choque ante Costa Rica.
Entre medio de esas casi dos horas, donde no se permitió el ingreso y todo fue a puertas cerradas, DIARIO DE CUYO hizo hasta lo imposible para poder contar que hizo en esos 145 minutos que estuvo en cancha de San Martín.
Utilizaron el camarín local, el del Verdinegro, y el entrenamiento no duró todo ese lapso de tiempo, sino que se redujo a una hora, donde comenzaron con un leve trote y pequeños movimientos para aflojarse tras el viaje y además entrar en contacto con el césped, para hacer a su vez el reconocimiento de la superficie pensando en el juego de esta noche.
Ello duró alrededor de 30 minutos y luego si hubo contacto con la pelota. Diego y su cuerpo técnico trabajaron sobre una de las mitades de la cancha, donde armaron los arcos y a lo largo improvisaron el clásico "’loco” para armar un mini partido con la presencia de los 19 jugadores convocados para enfrentar a los Ticos, y que tuvo por una lado a los de chaleco azul y por el otro a los de remera blanca.
Entre risas y un buen clima, el entrenamiento inaugural comenzó a concluir. El "’fútbol reducido” llegó a su fin y todos al piso a elongar, mientras Maradona seguía pisando el suelo para evitar cualquier inconveniente para hoy.
Entre los ejercicios de estiramiento se produjo el primer contacto con la Selección de Costa Rica, que en ese instante ingresó al rectángulo de juego para hacer su entrenamiento correspondiente, se abrazaron todos juntos y en una especie de ritual mezcla con arenga, el combinado centroamericano que se quedó fuera del Mundial en el repechaje ante Uruguay, inicio su práctica en San Juan para concluirla entrada la medianoche.
Mientras que los argentinos debieron abandonar el estadio, no se bañaron y directamente se subieron al colectivo. El portón se abrió, tal cual había sucedido 145 minutos antes, y ya con menos gente en la puerta esperando ver a Diego y sus pichones, partieron rumbo al hotel, para cenar y dar por concluido su primer día en suelo sanjuanino.