Todo juega, todo vale. Y para el crudo presente de Sportivo Desamparados, una señal de esperanza era vital. Para sentirse vivos, para sentir que se puede y así fue nomás. Es que con el sello de los equipos de Dillon, con la personalidad necesaria para salir del fondo, Desamparados pudo volver al triunfo en una fecha redondita para sus angustias porque además de ganarle a Liniers por 2-0, con los otros resultados salió del descenso. Un domingo perfecto para este Sportivo Desamparados que necesitaba una dosis esperanza, amor propio y mística. Sin nada raro, sin recetas extrañas, Desamparados empezó a recuperar la memoria y justificó un triunfo basado en la presión, el fútbol directo y mucha entrega en todas las líneas.

Desde el comienzo y sabiendo que el piso del Bicentenario ofrece otras libertades para jugar, Desamparados propuso presión sobre Liniers. Lo llevó contra su campo de la mano de los encuentros entre Garrido, Brandán y Disanto. La idea fue jugarlo por abajo, corto. No tuvo mucha profundidad pero siempre propuso y cuando Liniers le cortó los circuitos, la búsqueda fue para Bruno Rodríguez y su pivoteo en ataque. Lo buscaba y no podía pero en el minuto 31" después de un remate de Velázquez que complicó al arquero Partal, llegó el córner de Brandán desde la izquierda para que Décimo se elevara y pusiera el 1-0 merecido, ansiado y esperado por Sportivo.

Desde ahí y hasta el final del primer tiempo, Desamparados hizo casi todo bien. Controló la posesión, ocupó mejor la cancha y no pasó sobresaltos.

Actitud. Santiago Ceballos fue quien selló el triunfo en Desamparados pero antes entregó todo lo que genera esta camiseta.

En el complemento, Liniers tenía que arriesgar algo más. Debía salir y Desamparados le cedió metros para esperarlo de contra. La propuesta bahiense no tuvo peso ofensivo más allá de los cambios de Ballesteros. Así, todo se hizo trabado, con Desamparados agazapado a la espera de esos espacios letales. Dillon refrescó el equipo con cambios y en ese trámite le dio pista a Santiago Ceballos, un luchador que jamás se entrega. Y le salió perfecta la apuesta al Flaco porque a los 27" cuando Liniers se endulzó, apareció la contra que arrancó en Brandán, siguió con Garrido y esa pausa perfecta para asistir de frente a Ceballos que se llenó la boca de gol y esperanza. Era el 2-0 que tranquilizaba todo, que sentenciaba que el momento de la esperanza ha comenzado otra vez en Puyuta.

La encarna hoy Ricardo Dillon y en Desamparados saben que no es poco. Un comienzo de ciclo que devolvió la ilusión a todo un pueblo que no se entrega nunca.

Sea donde sea, siempre están

Si hay algo que define al hincha de Sportivo Desamparados es la incondicionalidad. Y este domingo gélido de junio, con un horario difícil, lejos de Puyuta y con poco para festejar en la previa de este momento, los hinchas puyutanos volvieron a demostrar que siempre estarán junto a sus colores. Como ya fue en Trinidad, ahora les tocó el Bicentenario y pese a que no fueron en gran número, les alcanzó para hacerse sentir en la Popular Norte sabiendo que dentro del campo de juego, también esperaban algo de ellos. Se fueron felices, llenos de esperanza, sabiendo que siempre volverán a estar, sea donde sea.