Hubo emoción en el Himno, delirio con las jugadas peligrosas del equipo, cantos, saltos, banderas de Argentina agitadas y sólo faltó el gol para descargar la tensión. Bien podría haber sido desde una de las tribunas del estadio en Pocito, pero miles de hinchas vivieron con euforia el clásico sudamericano muy lejos de allí. Fue en el Parque de Mayo, en el que instalaron una pantalla gigante para seguir el partido y se convirtió en la mejor opción para disfrutar con otros simpatizantes un encuentro sin precedentes en la provincia. Según informaron desde la Policía, hubo más de 10.000 personas a lo largo de seis horas de festejo junto al Monumento al Deporte.

El Ministerio de Turismo organizó lo que llamó Punto de Encuentro, que tuvo una previa desde las 18 con música y regalos; mientras que luego del partido hubo bandas en vivo hasta pasada la medianoche. Antes de la hora de inicio ya había personas ubicadas frente al escenario con reposeras, heladeritas y equipos de mate. Y a medida que se acercaba la hora del encuentro siguieron llegando, muchos embanderados y hasta con los rostros pintados.

Hubo stands para patear penales y regalos como pelotas, banderas, gorras y hasta juegos de mesa; mientras que no faltaron los food trucks para comprar desde panchos o pachatas a helados o cerveza artesanal.

Ver el ingreso de los equipos generó los primeros aplausos y luego el Himno encontró a algunos seguidores abrazados y emocionados, en pleno Parque de Mayo y mirando una pantalla led. Los 90 minutos de Argentina-Brasil fueron con altibajos de emoción, con sufrimiento en los mejores pasajes del visitante y los "uuuhhh" ante las pocas acciones de peligro de la Scaloneta.

Sólo faltó la victoria para hacer la fiesta completa, aunque a esa altura los ánimos estaban bien arriba y los hinchas sanjuaninos se quedaron bailando con King of Banana y Omega para despedir una jornada histórica en la provincia.