Tras una agónica final en el Stade de France de Saint-Denis, el seleccionado de Sudáfrica, los Springboks, se consagró campeón del mundo tras ganarle a los All Blacks por un ajustado 12 a 11. De esta manera, los sudafricanos se convirtieron en los máximos campeones de la historia en la disciplina con cuatro títulos mundiales, a la vez que obtuvieron el bicampeonato pues habían conquistado el torneo de 2019.

Sudáfrica obtuvo su primer campeonato mundial en su tierra, en 1995, tras ganarle a Nueva Zelanda por 15 a 12. En el 2007 levantó la copa en Francia, luego de imponerse frente a Inglaterra por 15 a 6. En tanto, en Japón 2019 se había coronado por tercera vez. En aquella ocasión, el conjunto dirigido por Rassie Erasmus alzó la copa al ganarle nuevamente a la Rosa, esta vez por 32 a 12.

Los Springboks ayer salieron a defender el título ante Nueva Zelanda, otra de las potencia en la disciplina y que también buscaba el tetracampeonato, y se impusieron en un dramático partido. En el Stade de France y con un agónico final por 12 a 11, Sudáfrica igualó el historial de partidos frente a Nueva Zelanda por Mundiales y además es el máximo campeón en la historia de la RWC.

En un cierre apasionante, los All Blacks intentaron por todos lados encontrar un penal o un drop que les permitiera ganar el partido (y el Mundial), pero Sudáfrica se posicionó para defender y evitar que los oceánicos ganaran metros.

Tras el partido, Pieter-Steph Du Toit, elegido como el mejor jugador de la final, se mostró eufórico. "Fue una tarea realmente dura. Cada partido fue una final. Ganar el título por un punto muestra la resiliencia de este equipo y de Sudáfrica. Queremos agradecer a todos los que vinieron y viajaron por el apoyo que nos dieron", dijo.

Para los registros

El neozelandés Beauden Barrett logró lo que nadie había podido en tres finales frente a los Springboks: meterle un try. En tanto, el capitán de los All Blacks, Sam Cane, se convirtió en el primer jugador expulsado en la historia de las finales de la RWC.