Reconocido. Juan Domingo Roldán siempre tuvo el afecto de la gente, pese a no haber podido coronarse campeón mundial.

En un país exitista como el argentino, Juan Domingo Roldán, "Martillo", se ganó el respeto de todos pese a ser un triple perdedor en combates por el título mundial de los medianos en la década de gloria de esta categoría como fueron los "80. Sus batallas en Estados Unidos ante dos leyendas como Marvin Hagler y Thomas Hearns, contra los que cayó por nocaut pero que en algún momento del combate los tuvo "grogui", le valieron el reconocimiento de todos. A los 63 años, el nacido en su adorado Freyre, en Córdoba, dejó de respirar ayer tras ser una nueva víctima letal del coronavirus. Roldán deja un legado importante más allá de sus coronaciones como monarca Argentino y Sudamericano entre 1981 y 1983, siempre dentro de los 72,500 kilos. Martillo, apodo que se lo puso el periodista santafesino Gregorio Martínez debido a la potencia en sus puños, fue uno de los mayores noqueadores de Latinoamérica de los últimos 50 años, según lo describió ayer un especialista como Osvalo Príncipi.

Su última lucha la cedió ante el virus que hace estragos en el planeta y que también padeció la última pareja de Roldán, Maria Elena, quien fue dada de alta. Martillo estuvo los últimos días internado en un Hospital de San Francisco, en Córdoba, y todo se complicó debido a la diabetes que tuvo desde chico y el excesivo sobrepeso con que contaba.

Roldán fue nada menos que el "pupilo preferido" de un hombre que marcó el boxeo argentino y de la región, "Tito" Lectoure. Entre sus entrenadores contó con Guillermo Gordillo, Adolfo Robledo y nada menos que Amilcar Brusa, la "sombra" de un tal Carlos Monzón y con quien tuvo un final nada dócil. Se crió en el campo donde su padre era uno de los trabajadores y con el dinero que ganó y supo usar de su época de pugilista, se lo terminó comprando al propietario. Durante sus diez años de profesionalismo (de 1978 a 1988) ganó 67 peleas (45 KO), perdió 5, empató 2 y tuvo una sin decisión.

Venció a Bongo

Con apenas 15 años, Roldán se enfrentó contra un oso "Bongo", que era "la estrella" del circo Húngaro, que estaba en San Francisco en el verano de 1972. Como Martillo no cayó en los dos rounds de "pelea" fue el ganador.

Récord

La recordada pelea ante Hearns en 1984, a Roldán le representó recibir la mejor bolsa hasta entonces para un pugilista argentino: fueron 400 mil dólares y 70 mil más de la moneda norteamericana por derechos de TV.