Aquella célebre frase de Diego Maradona, allá por el 2010, definiendo a la Selección Argentina como que "es Mascherano y 10 más" pintaba a la perfección quién era el alma del equipo nacional por ese entonces. El tiempo pasó. Los actores cambiaron. Pero aquel maravilloso cuadro que Maradona pintó con ese concepto bien puede adaptarse a la actualidad.


Lionel Messi es el verdadero referente del seleccionado argentino de fútbol hoy por hoy. De él se trata. Y no es por hablar de Messi simplemente. Por alabarlo de una u otra cosa. Es porque se ha convertido en la guía del camino de los sueños de los argentinos. Es el que mueve las esperanzas. Es aquel en el que se afirman los ilusiones de los otros. De sus compañeros. De los hinchas. De todo un pueblo. Juegue bien o juegue mal. Diga lo que diga o no diga nada. Y siempre es importante tener un referente. Porque es él el que con su sola presencia se convierte en la columna para afirmarse.


En la Copa América en Brasil, Lionel jugó mucho pero apareció poco. Estuvo en todos los partidos todo el tiempo. Fue el único al que jamás reemplazaron. Y todo tiene una explicación. El técnico Scaloni consideró que su sola presencia resulta vital para sus compañeros. Se potencian. Se multiplican. Se sienten seguros porque tienen a su lado al estandarte. Y para sus rivales siempre es un problema que los puede sacar de contexto.


Y Messi, pese a que fue el argentino que más goles hizo en el torneo, no se mostró pleno en ninguno de los partidos. No se despachó con esa gambeta endemoniada. Metió dos (a Chile y a Ecuador) de los tiros libres con que contó. Pero cuando terminó la final quedó a ojos vistos la admiración y orgullo que le profesan sus compañeros. Todos, literalmente todos, lo abrazaron a su manera. Inclusive algunos hasta le dedicaron la soñada victoria.


Lionel Messi va sumando años. Va perdiendo agilidad y reflejos. Pero va ganando experiencia. Y, sobre todo, capacidad para liderar un grupo que sigue persiguiendo sueños. Con muchas almas nuevas ahora. Pero persiguiendo el mismo sueño de siempre. Ser campeones del mundo...