Llegada. Los papás, familiares e integrantes del club vivieron con emoción la espera y luego el recibimiento de la delegación.

Los niños tenían globos con los colores de Richet, había banderas, cámaras de celulares listas y papás que se comían las uñas, en la fría noche pocitana. Fue una larga espera en el aeroclub hasta que llegaron los dos aviones con los chicos. Si bien con la delegación viajaron algunos papás y después del incidente otros se trasladaron a Entre Ríos, el resto siguió todo el proceso acá por la información y fotos que subían a un grupo de Whatsapp. Para las mamás, la que vivieron esta semana fue la peor angustia que debieron soportar y cada noche, dijeron, rezaron por sus hijos y los demás chicos. Todos los padres, contaron, son conscientes de que sus niños estuvieron a un puñado de minutos de haberse quedado dormidos para siempre. Por eso también la ansiedad de volver a abrazarlos y tenerlos de nuevo en casa. En la larga espera repasaron que en el hospital San Roque donde estuvieron internados recibieron una excelente atención, que los participantes del torneo los acompañaron en todo momento y relataron que cuando los chicos ya tuvieron el alta se dirigieron al estadio. Y que apenas llegaron, detuvieron toda la actividad para que ingresaran a la cancha, por lo que recibieron una ovación. Además, les regalaron camisetas de la selección entrerriana.