En partido de trámite intenso, con dos equipos jugados al ataque, River venció como visitante a Rosario Central 2 a 0. Esta victoria le permitió a los "millonarios" ganar el Grupo 3.

Sobre los 9 minutos, luego de sufrir dos sofocones en su arco, controlados por su defensa y los reflejos de su arquero Bologna, River abrió el marcador aprovechando un córner que Pratto cabeceó de pique al suelo y que el guardameta de Central, Marcelo Miño, rechazó como una "secante" del vóleibol, la pelota salió hacía adelante justo donde estaba Rojas, quien lo sometió con un frentazo fortísimo.

En un partido atractivo y parejo, con los dos equipos buscando el arco rival, los "millonarios" marcaron la diferencia por su contundencia.

Con su panorama y movilidad, Vecchio guiaba los avances del local que salió a buscar el partido de entrada y obligó a River a cerrar líneas y jugar de contra. Los "canallas" tuvieron presencia permanente con Gamba, que ofrecía opciones de recepción por derecha e izquierda. En el lapso anterior sufrido, los dirigidos por el Kily González tuvieron un par de chances para abrir el marcador.

Sobre los 25 minutos River equilibró el dominio de la pelota y entre Moreira y De la Cruz generaron un par de situaciones que no terminaron en gol, por la falta de puntería de Pratto, una, y por las acertadas acciones de Miño.

El primer tiempo se fue con una imagen más sólida de River, que teniendo menos la pelota fue el que más opciones generó y más cerca estuvo del gol en un partido, hasta ahí, muy entretenido.

En la segunda mitad se repitió la tónica y Central entró determinado a tratar de generar algo que le permitiera seguir con chances de clasificar, pero un error de Damián Martínez, a los 10 minutos (cabeceó frontalmente una pelota contra su valla) River encontró el segundo.

Ese gol enfrió las expectativas de los locales que, aunque siguieron buscando, perdieron confianza. El trámite no perdió intensidad, el medio campo era una zona de transición y las llegadas a las áreas se sucedían, siempre con River más cerca de convertir, como cuando Borré estrelló un zurdazo en el palo cuando se jugaban 35 minutos.