Con el corazón. Los tres muchachos argentinos lograron el objetivo que se habían propuesto y tras haber andado escapados casi 140 kilómetros le dieron una gran alegría al pueblo ciclista local. La gente colmó las calles y la tribuna de boxes del autódromo.

Espectacular. Tremendo. Vibrante. Apoteósico. Faltan adjetivos al rico diccionario de la lengua española para definir lo que se vivió ayer bajo el agua bendita que caía del cielo en el sexto capítulo de la 37º Vuelta a San Juan. Nicolás Tivani se quedó con el parcial de 153,5 kilómetros que nació y expiró en el flamante autódromo San Juan-Villicum, tras pasar por seis departamentos provinciales. El Nico pocitano coronó junto al salteño Daniel Díaz y a su compañero Daniel Zamora una escapada tempranera que llegó a tener, casi, seis minutos de ventaja y que cruzó la meta una docena de segundos antes que arribara el pelotón. La de ayer fue una jornada histórica para la carrera que está disputando su tercera edición dentro del calendario profesional, porque por primera vez el podio es copado por representantes de equipos locales y, por primera también, vez un ciclista sanjuanino sube al escalón más alto.

Tras la demostración de autoridad dada por el equipo UWT español Movistar Team en el ascenso al Alto del Colorado que le permitió vestir de líder al colombiano Winner Anancona, etapa reina en que los muchachos locales vieron desmoronarse todas sus expectativas para pelear, al menos los primeros puestos de la general; algo tenía que pasar para que la carrera mantuviera despiertos a los aficionados, quienes no necesitan motivación para salir a la calle porque son atraídos como por un gigantesco imán que son los nombres de las figuras que nos visitan, como Peter Sagan, Nairo Quintana, Julian Alaphilippe y Mark Cavendish, por ejemplo.

Sin embargo, por aquel sentido de pertenencia tan arraigado en la idiosincrasia de este pueblo, que quiere ver a sus muchachos arriba, lo acontecido ayer, cuando ellos tres y el colombiano Dayer Quintana (Neri Sottoli) abrieron un hueco al pisar Angaco y fueron agrandándolo a medida que cruzaban San Martín (1m10s), Caucete (4m57s) y 25 de Mayo (5m23s), en el primer tramo intentaron conectarlos otros tres representantes de equipos locales, Leonardo Rodríguez (Mardan), Gabriel Juárez y Daniel Lucero (Municipalidad de Rawson) quienes, como no lograron su objetivo se refugiaron en el pelotón que tirado por los del Movistar y el Bora, comenzaron a descontar. Al pasar por 9 de Julio (4m48s), en calle La Plata y Ruta 20 (4m00s), en San Martín (3m44s), pasando calle La Laja 1m11s. Quedaban 14 kilómetros y el malón se venía. Dayer Quintana se entregó en Campo Afuera y de ahí al autódromo a comerse las uñas. Cuando el trío pisó la pista el Villicum tembló.

Dejaron el alma en el giro que había que completar y Nico apeló a su agilidad para festejar la apasionante victoria final.

  • La segunda 2.1

Con su triunfo de ayer Nicolás Tivani elevó a dos sus victorias en carreras 2.1 de la UCI, la anterior fue en el Tour de San Luis 2016, con la camiseta de la Selección Argentina. También ganó el Tour de Serbia 2018 (2.2) y la Ruta D"Oro 2016.

 

  • Zamora va por más

Al imponerse en las dos metas sprint de ayer, Daniel Zamora quedó a 1 punto del líder Maximiliano Navarrete (11 a 10). Hoy habrá dos embalajes intermedios. "Zamorita" ya se aseguró la casaca de la montaña, siendo el mejor sanjuanino y argentino.

El capítulo final

 

La 37ma Vuelta a San Juan concluirá esta tarde y lo hará en el que los sanjuaninos, orgullosos, decimos es el circuito para ciclismo más lindo del país: la Avenida de Circunvalación. Allí en el mágico anillo de los 16,3 kilómetros, ese que hasta 2004 era un páramo, se entronizará a un nuevo rey de la competencia.

Por como están las cosas todo parece indicar que la suerte está echada, y que la victoria de Winner Anacona no sufrirá peligro. Sin embargo, la Avenida tiene sus secretos y, por lo menos un susto puede llevarse. Es un trazado duro y con desniveles que no alcanzan la categoría de "rompepiernas", pero que permite ataques con algún porcentaje, aunque bajo, de sorpresas.