Parecido, pero no igual. El antecedente con más similitudes con estos Boca-River se dio en mayo del 2003 cuando Juventus y Milan definieron la Champions League con la final en Inglaterra. Ganó la Vecchia Signora por penales.

Luis Miguel, relanzado en su magnífica carrera artística desde que Netflix publicó su vida en una serie, llegó a San Juan en 1998. El slogan que se utilizó en aquella presentación en Ebano del cantante mexicano bien podría servir para lo que se vivirá entre Boca y River, definiendo el máximo trofeo del continente: la Copa Libertadores. "Solamente una vez en la vida", era la frase que marcaba la presencia del "Rey sol". Empezando porque la Libertadores cambiará su formato de finales el próximo año, con un partido único en cancha "neutral" (será en Santiago de Chile), resulta muy difícil pensar en un desenlace como el que se vivirá desde el sábado. La coincidencia de los dos más poderosos del país y también gigantes a nivel mundial, con un partido en cada estadio, hace que esta serie no tenga ningún tipo de antecedentes en el fútbol planetario y difícilmente se reedite en el futuro.

Justo en el año que se dio por segunda vez un Boca-River por un título (ver aparte), los planetas se "alinearon" para que ambos se midan por la Libertadores. Cada uno llegó desde su lado del cuadro y entonces habrá un cruce cuya locura alcanza a que por una platea en la Bombonera se pidan 180 mil pesos en la reventa. Nunca dos equipos argentinos definieron una Libertadores. Esto ocurrió solo dos veces pero con clubes brasileños: San Pablo venciendo a Paranaense (2005) e Internacional superando al San Pablo (2006). En el mundo, solo hay un antecedente "similar" a lo que se vivirá en este noviembre histórico. Se trata de la final de la Champions League en el 2003 cuando en el Old Trafford de Manchester, en Inglaterra, definieron el torneo en un partido los "enemigos máximos" de Italia: Milan y Juventus. En definición por penales, la victoria fue para la Vecchia Signora. Claro que hay diferencias con estos Boca-River: el principal es que se dio en un solo encuentro y por ende ninguno de los equipos pudo jugar en su cancha y con el apoyo de sus hinchas. Hay antecedente cercanos con definiciones a un solo encuentro, en un estadio designado previamente, con clásicos de ciudades. Por ejemplo, los Real Madrid y Atlético Madrid de la Champions League en el 2014 y 2016, ambos ganados por el Merengue.

Una buena similitud a nivel selecciones sería un Argentina-Brasil en una final de un Mundial. Hay que recordar que estos combinados sólo se midieron en partidos a todo o nada en "Italia 1990" y festejó la albiceleste con el tanto de Claudio Caniggia, tras la genial apilada de Diego Maradona.

A disfrutarlo. No se acabará el mundo luego de estos dos partidos, pero sí da la impresión que algo igual no podremos volver a observar. Al menos en esta vida...

Antecedentes

Boca y River a lo largo de sus historias sólo dos veces definieron un título mano a mano, en un encuentro. Cada gigante argentino celebró en una oportunidad. La primera se dio en el Nacional de 1976, en cancha de Racing, y la victoria xeneize se dio por 1-0 con el todavía recordado gol del Chapa Suñé de tiro libre, venciendo nada menos que con su remate a Ubaldo Fillol.

La segunda se dio este año, en el Malvinas Argentinas de Mendoza y por la Supercopa Argentina. La alegría fue de River en marzo pasado, con el triunfo de 2-0 por los tantos de Gonzalo Martínez (foto) e Ignacio Scocco. Ambas finales tuvieron a las dos parcialidades, no así la definición por la Libertadores.