Tras la conferencia de prensa previa a la final, donde el técnico de Boca, Julio Falcioni, tuvo un duro cruce con dos periodistas de medios de Buenos Aires, se conoció que buena parte de su rispidez tenía que ver con un momento familiar complicado del DT. Ayer, tras obtener el segundo título con el Xeneize (el anterior fue en el Apertura 2011) Falcioni se mostró como nunca antes de una manera visceral y desparramando lágrimas por doquier. ¿El motivo? El grave estado de salud de su hermana y por lo que anoche volvió en un vuelo chárter junto al presidente del club, Daniel Angelici.
Antes de emocionarse y no poder seguir hablando ante la prensa, Falcioni realizó un análisis de los 90’ que definieron la Copa Argentina a favor del Xeneize. “Pienso que fue un gran partido y Boca siempre fue al frente. Jugamos con atención durante todo el encuentro y creo que fuimos justos ganadores del torneo”, explicó. En su discurso volvió a hacer foco en aquello del sacrificio de sus dirigidos: “Como siempre digo, lo importante es el esfuerzo de los jugadores. Ellos trabajan siempre y muchas veces no tienen el reconocimiento que merecen por tanto esfuerzo”, subrayó.
Con su habitual campera negra, sin dudas una de sus cábalas, Falcioni saltó a la cancha del Bicentenario. Al partido lo vivió la mayor parte sentado en el banco y haciendo consultas con sus ayudantes de campo, Omar Píccoli y Javier Sanguinetti. Festejó el gol de uno de sus ‘mimados’ como Santiago Silva de forma mesurada, aunque tuvo una mayor explosión a la hora de gritar el tanto de Lucas Viatri. El descuento de Valentín Viola lo puso más tenso que nunca y pidió en los últimos minutos tanto orden como tranquilidad. Apenas Lunati pitó por última vez, decidió hablar apenas unas frases antes de ingresar al camarín. Luego, ya cuando se estaba por realizar la coronación de Boca, decidió volver al campo de juego y se fundió en un abrazo más que emotivo con Angelici.

