Lo necesitaba y lo hizo. Volver a recuperar confianza, ganar, sentirse puntero en serio. Era el combo de autosetima que San Martín necesitaba conseguir ante Merlo. Lo hizo. Lo logró pero sin el brillo que el exigente paladar de su gente quiere pero con la absoluta justicia de un equipo que sintió el impacto del titubeante arranque de este 2010 y que se puso de pie. Le sobró el 3-0 ante un Deportivo Merlo que apenas se animó a jugarle en los primeros 10 minutos de partido. Después. aún con todas las limitaciones de este período de reacomodamiento, fue de San Martín. Con Omar Gallardo como timón y termómetro para todos sus movimientos, el Verdinegro empezó a recuperar su memoria futbolística en ráfagas. No le alcanzó para desnivelar en el primer tiempo donde tuvo tres ocasiones clarísimas para vencer a Armani: González, primero, Torresi -de tiro libre- después y Penco -de cabeza- más tarde. No lo pudo abrir pero todo el laburo de esos primeros 45 minutos en los que San Martín tuvo de rival extra su propia falta de confianza en algunos movimientos como la precisión con la pelota, se simplificó en los primeros 10 minutos del complemento, cuando definió la historia. Al comienzo del complemento, luego de un corner desde la derecha, la pelota fue al segundo palo y encontró a Becerra muy solo. El Chucho la midió, le dio al arco y en el camino Pfund no hizo más que asegurar la apertura del marcador para San Martín en su intento de despejar de cabeza. Ahí, San Martín vio la luz y en la decena de minutos siguientes, recuperó la memoria. Se afirmó bien y arriba, no perdonó. A los 9 minutos Cuevas, el más chiquito de todos, anticipó en el primer palo de cabeza y dejó sin chances a Armani. Ahí, se terminó todo. Porque Merlo se quedó con 10 en la jugada siguiente por la expulsión de Delgado y todo pasó a ser exclusiva responsabilidad del puntero. San Martín quiso recuperar confianza teniendo la pelota, asegurando cada movimiento pero cayó en exceso. Se repitió, trasladó demasiado y todo el brillo que debía tener este reencuentro con la victoria se empañó innecesariamente. La gente, el mejor juez, se lo hizo ver. Pero lo más trascendental estaba hecho y eso, a esta altura de la temporada en la que un triunfo era elemental en Concepción, pesó más. Faltaba el gol de Sparapani para sellar una noche de desahogo en la que San Martín no brilló pero se dio esa dosis de autoestima que tanto necesitaba para volver a ser lo que es: el puntero de la Primera B Nacional.
Una dosis de autoestima
Sin brillar, el Verdinegro goleó a Deportivo Merlo y volvió a la senda de las victorias después de cuatro fechas.

