En la previa, en el ranking FIFA, en las charlas de café había nombres puestos para el podio: España, Brasil, Alemania. Un escalón abajo Argentina, Francia, Inglaterra y Bélgica se anotaban como serios aspirantes pero sin la estatura de candidatos-candidatos. Empezó Rusia 2018 y el debut de los nombres fuertes puso a todos en la línea de los que quieren más de lo que pueden.


España, potenciado en la previa por la goleada a Argentina en Madrid, metía miedo. Jugaban de memoria, con un estilo, con nombres consagrados pero dos días antes del debut se quedó sin técnico por el pesetero Lopetegui que decidió arreglar con el Real Madrid. Eso le quitó lucidez y también un tal Cristiano Ronaldo... autor de los tres goles de Portugal en el debut, España no encontró respuestas para sostener su levantada y menos aún para revertir su caída final. Quedó pagando De Gea en el arco y eso lo llenó de dudas para lo que se viene. Irán será su próxima escala con el plus de que los asiáticos mandan en el grupo B.


Se esperaba el comienzo de Brasil. Que se había comido crudos a todos en Eliminatorias, que con Tite sólo había un partido en todo el ciclo previo, que tenía a Neymar recuperado y el debut sonó a fracaso. Se lo empató Suiza sin más argumentos que la disciplina. Le faltó lucidez a Nei y su banda. Sólo entusiasmó en los primeros 20' pero después fue aburrido, monótono. Previsible. Ahora tendrá que jugar contra Costa Rica sabiendo que Serbia ya le sacó ventajas en la lucha por ser primero del Grupo E.


Otro de los que pedía cartelera era el campeón Alemania. Sólido, con todo controlado, con cada detalle cuidado y con la consistencia de un proceso ganador encabezado por Löw, el conjunto alemán mordió el polvo contra el coraje de México. La base ganadora con Ozil, Muller, Kross y Khedira se quedó sin argumentos para posicionarse como candidato a retener la corona. Ahora, condicionado por el comienzo en falso, Alemania tendrá que jugar contra Suecia sabiendo que otro error puede sacarlo del Mundial.


Apenas abajo en la consideración se anotaban en los papeles previos Francia y Argentina. Los galos saldaron su debut con una ajustadísima victoria ante el limitado Australia. Esa generación que todos indican como la que marcará una época con Griezmann, Pogba y compañía apenas zafó. Ganaron y nada más pese a que los antecendentes lo ponían en otro nivel.


Y claro, el dolor con Argentina no se pasa. Porque con Messi, parece que todo es posible pero al fútbol se juega en equipo y Sampaoli no lo tiene todavía. Alcanzó para empatar nada más pero para subir ese escalón a la candidatura falta demasiado fútbol.


Los candidatos brillan por su ausencia. Sobran esperanzas pero faltan realidades. En Rusia, parece que todo puede pasar.