Ernesto Castro (izquierda) aceptó que tenía el arma del policía y fue condenado. Al centro, el médico Raúl Riveros y Gastón Fábrega, sobreseídos.

El juez de Flagrancia Eduardo Raed condenó ayer a 2 años de prisión en suspenso (sin encierro) al colectivero Ernesto Ricardo Castro (37), luego de que confesara, en un juicio abreviado, firmado con su defensor César Porto Maradona y el fiscal Adrián Riveros, que tenía ilegalmente la pistola reglamentaria 9 mm, un cargador con 14 balas y una tonfa del oficial Eduardo Orlando Frías. Lo curioso del caso es que esa arma y los demás objetos no están denunciados como robados y, por lo tanto, no tienen pedido de secuestro, dijeron fuentes judiciales.

Se investiga cómo es posible que el arma de un oficial estuviera en manos ajenas.

La decisión de Castro de "hacerse cargo" de la tenencia de esas cosas benefició con un sobreseimiento a los otros dos acusados que fueron atrapados la noche del sábado pasado en la manzana 45 del barrio Valle Grande, en Rawson. El médico Raúl Eduardo Riveros (39) y Gastón David Fábrega (37) un sujeto que, a pesar de ser desligado, quedó preso pues tenía un pedido de captura del Tercer Juzgado de Instrucción, también por un delito vinculado a la portación o tenencia ilegal de un arma. Fábrega, además, tiene un condena previa de 2 años de prisión sin encierro del 11 de enero pasado, por falsificación de documento público, precisaron.

"El doctor Riveros fue detenido apresurada e injustamente. Y el señor juez hizo lo que correspondía en derecho, desligarlo con un sobreseimiento porque se demostró la verdad, que no tenía nada que ver", dijo ayer el abogado Maximiliano Páez Delgado.

Fue justamente la presencia del Toyota Corolla del médico lo que llamó la atención policial en el populoso y conflictivo barrio rawsino. Los policías lo interceptaron porque no llevaba encendidas las luces traseras y cuando llegaron a la seccional 35ta, les pidieron bajar y mostrar lo que había en un bolso en el asiento trasero, donde iba Castro. Fue ahí que se les cayó el arma, el cargador y la tonfa. Y todos cayeron presos, porque Riveros dijo que el bolso era de Castro y este le echó la culpa a Fábrega, quien negó a su vez ser dueño de ese bolso con las comprometedoras evidencias.