Confirmado: Rosalba Albarracín (71), la jubilada de la Dirección de la Niñez hallada muerta en su casa el miércoles de la semana pasada, fue asesinada. Según fuentes judiciales, cinco médicos forenses que por decisión de Fiscalía analizaron su cadáver, concluyeron que por el patrón de lesiones y las fracturas que sufrió, sobre todo en el rostro, no tuvo un deceso a causa de una caída accidental o por algún problema de salud. Y aseguraron que las heridas detectadas son compatibles con una muerte violenta.

Los pesquisas que dirigen el fiscal coordinador de la UFI de Delitos Especiales, Adrián Riveros, y el fiscal Francisco Micheltorena, sospechaban ya que Albarracín fue atacada en su casa de la manzana E del barrio Cruz del Sur, porque en la vivienda habían encontrado numerosos indicios. A saber: el portón entreabierto cuando era usual que lo dejara cerrado; la vivienda sin luces cuando la costumbre era dejarlas encendidas por las noches; su dentadura postiza partida en dos a poco de ingresar a la vivienda; gotas de sangre a lo largo de un pasillo como si la hubieran llevado hasta un mueble donde habían dos cajones abiertos. Y lo peor, la mujer tendida en un pasillo contiguo, cerca del baño, con la cabeza ensangrentada y machas de su sangre como rociadas en las paredes de ambos costados, además de otro cajón de un mueble abierto en su dormitorio.

La confirmación de que están ante un homicidio, los llevó también a confirmar la hipótesis de que fue sorprendida por alguien que se las ingenió para que lo dejaran entrar y que la atacó a trompadas para que dijera donde tenía sus cosas de valor. Los investigadores sospechan que al menos un delincuente pudo robarle algo de dinero por la presencia de los cajones abiertos.

También creen que el ataque ocurrió alrededor de las 18 del martes pasado, porque a esa hora sus vecinos más inmediatos escucharon ruidos extraños en la casa de la jubilada.

Además, estaría prácticamente descartado que el atacante fuera su 'novio', un hombre de 69 años con el que mantenía una relación de más de 30 años y que la asistía prácticamente en todo, al punto de que le manejaba el dinero y la ayudaba con sus problemas de salud, indicaron.

¿Quién mató a Rosalba? ese es por ahora el misterio, aunque para los vecinos el atacante bien pudo ser un sujeto que días previos fue visto por el barrio sacando fotos, 'como si marcara las casas que se podían atacar', especularon.