Que no viven tranquilos. Que los apedrean, que se les burlan, que los amenazan. Que por miedo casi no salen a la calle y que tuvieron que tapar las puertas y ventanas de la casa. En fin, que no es vida lo que llevan denuncia un hombre de Rawson llamado Joel que asegura que él y su familia atraviesan este drama desde que enfrentaron a unos vecinos que les habían robado una moto, que son los mismos que ahora les hacen la vida imposible con ataques constantes.

Joel (pidió no ser identificado completamente, por temor) tiene 40 años y es obrero de la construcción. Vive con su pareja y sus cuatro hijos de 22, 17, 10 y 6 años en el Barrio Unión Obrera y Empleados Plásticos. Dijo que esa noche del 22 de noviembre pasado en la que intentaron recuperar la Corven 110 cc que momentos antes le habían sacado al novio de su hija de la puerta de su casa hubo una gresca impresionante que terminó con él y su esposa hospitalizados con golpes en todo el cuerpo y cortes en la cabeza, y su yerno hasta recibió un disparo en una pierna.

"Salimos a buscar la moto y vimos que la tenían ellos, la estaban desarmando. Lo único que queríamos era recuperarla, no queríamos problemas porque sabíamos la clase de gente que son. Pero empezaron a tirar piedras, ladrillos. Le pegaron a una de mis hijas, se metió mi señora y se armó todo. Todo el mundo pegaba, mujeres, niños, vagos... las empezaron a patear y no me quedó otra que meterme a defenderlas pese a que sabía lo que se iba a venir", rememoró el hombre. "No pensé que tanta gente puede defender a ladrones, sin mentir ellos eran más de 100 personas con palos, piedras, de todo", acotó. En ese momento llegó la Policía y dispersó la muchedumbre, garantizando que "pudiéramos salir de ahí con vida, porque capaz no la contábamos", valoró Joel, que esa noche pudo recuperar partes de la moto, aunque le salió peor porque le terminaron robando otra, una Zanella 110 cc en la que había salido a buscar a los delincuentes.

Para peor, mientras él, su pareja y su yerno recibían curaciones en el hospital, "fueron a mi casa y rompieron los vidrios de mi camioneta".

Según la denuncia, los ladrones y agresores "viven a dos cuadras y permanentemente pasan por acá". "Es gente de m... Los vecinos somos todos laburantes que compramos los terrenos, pero estos vienen de una villa erradicada", explicó la víctima. Luego, pasó a contar el drama que siguen padeciendo ahora, a casi dos semanas del hecho: "Vivimos encerrados... antes salíamos a la vereda, los niños jugaban afuera con la perra, pero ahora ya no podemos hacer nada de eso. Es más, ni en el fondo podemos estar. Todas las puertas y ventanas las tengo tapadas con placas de durlock. Tengo temor, no porque me maten a mí, sino de que le hagan algo a mi señora o a mis hijos. Los nenes ese día nos vieron ensangrentados y quedaron totalmente en pánico. Esta gente sigue tirando piedras, del tamaño del puño de una persona grande. También pasan y se nos burlan y amenazan".