Autor. Miguel Ángel Castro admitió que sometió sexualmente a su propia prima en un juicio abreviado, a cambio de una rebaja de pena.

 

La mujer había salido a dejar a su hijo mayor en la vivienda de su hermano y esa noche, cuando volvió, se topó con visitas. Su primo Miguel Ángel Castro (35) estaba prácticamente instalado en su casa: tomaba una cerveza y tenía otra en la heladera. Le dijo que había tenido problemas con su familia y le pidió si lo podía aguantar unos días. La dueña de casa no puso objeciones y hasta le aceptó un trago de cerveza, pero luego de beber empezó a notar que no estaba del todo bien y se vio obligada a irse a la cama. Horas después, en la madrugada, sintió que alguien se le echaba encima y la besaba. Cuando quiso reaccionar y vio que era su primo, el sujeto le puso una almohada en la cara y la colocó boca abajo, inmovilizándola con una rodilla en la espalda para luego someterla sexualmente.

La denunciante relató que, al parecer, su primo pensó que ella aún estaba bajo los efectos de la sustancia que le había dado en la cerveza, la tapó, se prendió un cigarrillo y se fue al living. Pero ella, apenas pudo, salió corriendo a la calle a pedir ayuda en plena madrugada. Y al percatarse de que la maniobra no había salido como lo planeaba, el primo también salió tras ella, con tan poca suerte que justo en ese momento patrullaban por el lugar policías de la Motorizada V, escucharon los reclamos de la mujer y lo pusieron tras las rejas.

Todo pasó la madrugada del 4 de febrero de 2016 en el Lote Hogar 43, en Chimbas. Y ayer, el juez Ernesto Kerman (Sala II, Cámara Penal) condenó a Castro a 6 años de cárcel por el delito de abuso sexual con acceso carnal. El mismo delito y el mismo castigo había aceptado el condenado cuando acordó un juicio abreviado a cambio de una rebaja de pena con la fiscal Leticia Ferrón de Rago, a través de su abogado defensor Néstor Durán, dijeron fuentes judiciales.