El dueño de la propiedad de Capital donde ayer tres jóvenes fueron encontradas sin vida y con signos de intoxicación con monóxido de carbono negó tener problemas de gas y aseguró que recientemente personal de Ecogas inspeccionó los artefactos del departamento siniestrado, sin encontrar fallas. "Sólo puedo decir eso, que la Justicia investigue", pidió el hombre, sin identificarse. En el Ministerio Público Fiscal tienen la teoría de que la triple tragedia pudo haberse desatado por un descuido de las víctimas luego de poner a hervir agua, pero también señalaron que el alojamiento no contaba con ningún tipo de ventilación, ya que se trata de un garaje acondicionado como vivienda que no tiene ni ventanas.

Las fallecidas fueron dos jóvenes trans, una de 18 años conocida como "Sasha" (Leonardo Alfredo Dubois de los Ríos) y otra hasta ayer NN, y una menor de 17 años identificada como S.O.T.N.

La desgracia fue descubierta durante la madrugada de ayer, poco antes de las 5. Fue la madre de la víctima más chica la que, preocupada porque desde hacía bastante no veía a su hija, andaba rastreando dónde podía estar. Así, consiguió que una amiga de la menor le pasara el dato de dónde estaba pernoctando y fue hasta el lugar, sin imaginarse que iba a ser testigo de una escena horrorosa. Siguiendo con el relato de los pesquisas, la mujer primero golpeó la puerta del garaje, en el 337 Norte de calle Entre Ríos (al Norte de Pedro Echagüe), y como nadie salía tocó la puerta de al lado, es decir, de la casa del dueño de la propiedad. En ese momento salió la esposa, que estaba despierta, reunida con amistades y quien le respondió que no conocía a su hija, pero sí a "Sasha", la otra persona que le nombró, pues ella les estaba alquilando el departamento más o menos desde principios de mes. Si bien en principio no fue tan accesible, luego la mujer, ante la desesperación e insistencia de la madre, buscó su copia de llave y abrieron. Los cuerpos estaban en un cubículo utilizado como habitación, uno en un sofá y los otros dos en una cama de dos plazas, sin ningún tipo de reacción. Y a los minutos el lugar estaba repleto de policías, bomberos e investigadores judiciales al mando del fiscal coordinador de la UFI Delitos Especiales Iván Grassi, quien en primer lugar ordenó medir los niveles de monóxido de carbono en el ambiente, prueba que arrojó números "muy elevados" pese a que se hizo casi una hora y media después del hallazgo de los cadáveres y a que algo de ventilación hubo cuando se abrió la puerta principal.

Pericias. Según la inspección ocular, el inmueble no presentaba desorden ni el acceso violentado. Además, los cuerpos no tenían signos de violencia y sí una coloración compatible con una intoxicación con monóxido de carbono.

Los pesquisas revelaron que el calefón y un calefactor, ambos a gas, estaban encendidos. Sin embargo, el desencadenante pudo haber sido la cocina, sobre la que había una tetera fundida. Lo que creen es que las víctimas posiblemente olvidaron apagar la hornalla, que empezaron a sentirse mal y que cuando lo hicieron ya era tarde, pues el monóxido ya estaba haciendo efecto en sus organismos. Eso, según los voceros, habría ocurrido en la noche del viernes, por lo que las jóvenes llevaban varias horas sin vida.