Un kiosquero, su esposa y dos de sus hijos se salvaron por poco de morir a manos de un borracho furioso, quien los atacó a tiros el martes en la puerta de su casa de calle Alfonso XIII, entre calles 13 y 14, Pocito. El comerciante Antonio Olivera (55) indicó que el agresor llegó ebrio en una moto a su kiosco a comprar alcohol, pero como no le quiso vender, recibió a cambio insultos y amenazas de muerte. Al rato, el sospechoso regresó armado con una escopeta y efectuó dos disparos: Olivera y una de sus hijas, de 12 años, recibieron perdigonazos en las piernas; su hijo Juan, de 25, en el brazo derecho y los glúteos. Pero la más perjudicada fue su esposa, Rosario Jofré (50), quien recibió al menos 60 balinazos en la espalda, en la nalgas y piernas.

A quien buscaban los pesquisas de la Seccional 7ma por tentativa de homicidio era a Juan Riveros, un joven de 23 años apodado ‘Chilenito‘, quien ya tuvo una caída en esa comisaría por lesiones, informó la Policía. El kiosquero explicó que eran las 19 cuando Riveros llegó a su local a comprar cerveza. ‘Estaba muy borracho y por eso no le vendí. Se fue a la calle y me trató de lo último. Hasta me gritó que me iba a matar‘, dijo el hombre.

A las 21, el ‘Chilenito‘ regresó al kiosco con una escopeta, que sería calibre 16, indicaron en la Fuerza. ‘Estaba acostado y cuando salí a la calle, el tipo me apuntó y gatilló. Por suerte el tiro no salió sino me mata, pero después me hirió. Mi hijo se le fue encima y el ’Chilenito’ se cruzó la calle y mientras se alejaba volvió a cargar la escopeta’, contó la víctima.

En ese momento, Rosario salió hacia la calle para resguardar a uno de sus hijos más pequeños y allí es cuando Riveros disparó nuevamente. La mayoría de los perdigonazos impactaron contra la mujer y la tumbaron cerca de un auto. El resto de los balinazos hirieron a sus 2 hijos. Tras el ataque, el agresor corrió hasta su moto y huyó.

‘Nunca nos pasó una cosa así. Nos podría haber matado por una cerveza. Pero ya está decidido, voy a cerrar el kiosco porque no quiero que le pasa nada a nadie‘, aseguró Olivera.