El robo de dos costosos televisores de 65 pulgadas ocurrido el 18 de febrero pasado en la casa que aún no estrenaba la jueza de Paz de Caucete, Luciana Salvá, fue esclarecido por los policías en una investigación con ribetes muy sospechosos. Es que, al parecer, la historia tiene una trama detrás, en la que salen por lo menos salpicadas dos personas de cierto relieve público en el departamento: una policía y el hijo de una abogada, que habrían sido quienes compraron esos aparatos, indicaron fuentes de la investigación.

En el expediente, sin embargo, la historia es otra. Así, tras la detención del renombrado Julio Talquenca por parte de los policías de la Brigada Este y la seccional 9na., fue posible localizar los televisores. A uno lo entregó “espontáneamente” una hermana de la Policía, pero las sospechas quedaron porque ambas viven en la misma casa y quien se atribuyó la adquisición del TV no es alguien con dinero para comprar ese aparato (la versión es que pagaron unos $100.000), indicaron.

El otro televisor habría sido adquirido por el hijo de una abogada, pero el que lo entregó a la Policía fue un remisero de apellido Correa, con la aparente excusa de que lo tenía un familiar suyo.

La investigación reveló que, Talquenca y alguien más (pudo ser su pareja) entraron por una ventana a la casa de la jueza cuando aún no instalaba cámaras de seguridad. Huyeron por una puerta ventana con un aparato hasta un descampado y luego acarrearon al otro. Después llamaron al remisero (que al parecer cobraba esos traslados con droga) y fue este chofer quien llevó los televisores a la casa donde vive la policía y también al otro comprador, que pudo ser el hijo de una letrada, aunque por ahora eso no pudo probarse.

Ahora, el juez Guillermo Adárvez resolverá la suerte de Talquenca y si cabe o no atribuirles encubrimiento a la hermana de la policía y al remisero.