"Fue horrible, no me puedo mover porque me mareo. También tengo dolores en la espalda y brazos", dijo Rosa Sosa, de 69 años.


Salir a una farmacia que queda a cuatro cuadras, volver y encontrarse con dos ladrones en la casa. Eso le pasó a una anciana que, para peor, andaba con su nietita de 8 años. Uno de los sujetos la golpeó para poder escapar junto a su cómplice con dos anillos de oro y bijouterie. Todo, ante la mirada de la pequeña que se había escondido detrás de una conservadora. La familia damnificada está con bronca porque dijeron que la zona donde viven, en la calle Fray Mamerto Esquiú, en Trinidad, Capital, "es tierra de nadie". Y dijeron que eso ocurre a toda hora, de hecho el ataque fue a plena luz del día, cerca de las 18.30 del último martes, cuando Rosa Sosa (69) llegaba con su nieta a la casa de su hijo. Según su relato, afuera había una moto y pensó que había llegado su hijo. Pero al entrar se llevó una desagradable sorpresa. "Salió de una pieza un hombre grandote, se me vino corriendo y me volteó. Me agarró la cara, me arrancó los lentes. Cuando me tiró al suelo me sonó la cabeza contra el piso", contó mientras mostraba el bulto que le quedó en esa parte. Mientras eso pasaba, su nieta se había refugiado detrás de una conservadora. "Yo pensaba en ella, que no me le hicieran nada, sólo eso", dijo. Por fortuna los delincuentes no la vieron y escaparon solamente con las joyas. Tenían embaladas otras cosas, pero no se las llevaron, al igual que la barreta con la que forzaron la puerta del frente para entrar.