El joven señalado como asesino del policía tiene coronavirus
Se trata de Diego Espejo acusado de matar a su novio, el agente Oscar Armando Mura.
Se trata de Diego Espejo acusado de matar a su novio, el agente Oscar Armando Mura.
El resonante caso del homicidio del agente de la Policía de San Juan Oscar Armando Mura (28) tuvo una novedad inesperada en las últimas horas y es que el único sospechoso, Diego Espejo (28), tiene coronavirus, confirmaron a este diario fuentes judiciales.
Esta circunstancia dispara medidas que pueden dilatar algunos aspectos del proceso, aunque no precisaron cuáles. Se determinará con quién tuvo contacto -policías, fundamentalmente- para saber si contagió a otras personas. Hace unos días hubo una audiencia y el resto del tiempo estuvo detenido.
Espejo tiene sobre sus espaldas una severa acusación que lo puede llevar a una condena a prisión perpetua, por los agravantes que el fiscal Francisco Micheltorena le va a imputar cuando de una vez por todas pueda llevarse a cabo la audiencia de formalización de la acusación, pausada desde el domingo por el ataque de nervios que sufrió Espejo y ahora lo del contagio de Covid-19.
Según fuentes judiciales, además del agravante del vínculo, Fiscalía considera que el homicida mató con alevosía, es decir que ultimó a Mura de cuatro disparos, uno de los cuales fue efectuado por la espalda, indicaron.
Bruno Olivera recibió fuertes críticas en su espacio e incluso algunos ponen en duda su continuidad.
El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, habló luego de que la Ley Bases de Javier Milei obtenga dictamen.
La víctima es un hombre de 37 años. Fue picado en en momentos diferentes por dos mosquitos Aedes aegypti y Falleció por la infección simultánea de dos serotipos de dengue.
Se colocarán carteles y habrá reuniones con vecinos y autoridades escolares para concientizar a la población.
Los nuevos cuadros tarifarios elevan el costo del peaje para autos de $300 a $900.
Las cámaras de seguridad delataron la maniobra del delincuente.
El epicentro se situó en La Falda a unos 20 kilómetros de profundidad.
El acusado, que vivía en el mismo terreno, quedó registrado ingresando sigilosamente a lo de sus suegros por una ventana.