De derecha a izquierda: Raúl Gelves, el expolicía Alfredo González y el oficial principal José Luis Morán. Ayer se negaron a dar su versión en Flagrancia.

Un oficial de Policía, un exsuboficial y un cómplice empezaron ayer a ser juzgados en Flagrancia por extorsionar a un comerciante de Jáchal y sacarle $88.000 el último sábado. En la primera jornada que demoró más de dos horas en arrancar, el oficial principal José Luis Morán (46), el sargento retirado Alfredo Ricardo González (63) y el perforista Raúl Ernesto Gélvez (35) se negaron a acordar un juicio abreviado con los fiscales Adrián Riveros y Daniel Guillén, porque están convencidos de que no cometieron una extorsión y sí una estafa. Y por eso enfrentarán un juicio ante el juez Eduardo Raed, ante el cual se negaron a dar su versión de los hechos.

A tono con su planteo de calificar el delito como estafa, los defensores, César Jofré y Horacio Merino, pidieron excarcelar a los acusados, pero el juez adhirió a la negativa de los fiscales y seguirán presos durante el juicio.

Para los fiscales, está probado que Morán (con su uniforme policial puesto), González y Gélvez extorsionaron al dueño de la distribuidora de bebidas Manaos "Nico", Nicolás Jorge Zárate, cuando a las 12.40 del pasado sábado llegaron al local con una orden de allanamiento trucha y le dijeron que sólo frenarían el operativo si les entregaba $200.000. De lo contrario, se lo llevaban detenido y clausurarían el negocio. Con miedo, el comerciante juntó $88.000 y se los dio, pero anotó la patente de la Ford Ranger en la que habían llegado y, una vez que se descubrió la farsa, brindó ese dato a la Policía, clave para que luego efectivos de la seccional 18va de Albardón los pudieran detener cuando circulaban por el kilómetro 3487 de la Ruta 40, cerca del autódromo El Villicum, en Albardón. En la camioneta hallaron un bolso con el uniforme de Morán (se había cambiado) y en sus genitales había escondido el dinero.

Además, a Morán también se lo juzga por tenencia ilegal de armas de fuego de uso civil y de guerra, luego de que en un allanamiento en la sede del Comando Urbano donde cumplía funciones como oficial principal hallaran en su armario una pistola 9mm y un revólver calibre 22 largo.

El próximo martes, se reiniciará el debate con miras a intentar llegar a la sentencia.