Macabros y sin certezas, en los últimos 15 años hubo por lo menos cuatro casos de asesinatos, en los que las víctimas (tres mujeres y un hombre) jamás fueron reconocidas.

*El 5 de noviembre de 2004, la Policía encontró un cráneo tirado en el kilómetro 15 de la ruta 9, antes del paredón del Dique de Ullum, en Rivadavia. Los restos óseos estaban envueltos en un trapo, y cerca encontraron un homóplato, un húmero y una costilla. Tres meses después, en febrero de 2005, el resto del cadáver fue descubierto cerca del paredón del Dique de Ullum. Aquella vez, los peritos estimaron que había sido asesinada y enterrada un año antes del hallazgo.

*El 14 de junio de 2006, unos niños hallaron restos óseos de una chica de entre 17 y 25 años en el fondo de un desagüe ubicado al costado de la ruta 40, antes de calle 17, en Pocito. Faltaban los huesos de las manos y los pies, y los forenses encontraron una bombacha enroscada y anudada a su cuello, clara muestra de que la habían estrangulado. Los investigadores calculaban que llevaba muerta entre 1 y 3 años. La Policía halló en el lugar también algunas prendas.

*El 30 de octubre de 2014, un exconvicto encontró a una mujer de entre 30 y 40 años semienterrada en un zanjón del costado Sur de calle 11, al Oeste de Costa Canal, en Médano de Oro, Rawson. Le habían cortado su mano derecha, estaba comida por los animales y tenía un agujero de bala en la cabeza y otros dos en el abdomen con una trayectoria de abajo hacia arriba, lo que hace suponer que los recibió cuando ya estaba en el piso. Los forenses estimaron que llevaba muerta más de un mes.

*El 21 de enero de 2017, un hombre halló el cadáver de un hombre entre unos escombros a la vera del viejo camino a Mogna, a unos 900 metros de la Ruta 40, en la zona del Villicum, Ullum. Llevaba al menos un día fallecido y lo habían rociado con algún combustible para luego incinerarlo por completo.

*Un caso extraño: El 15 de enero de 2011, un agricultor halló a un costado de su casa (en calle 5 entre Ramón Franco y López y Planes, Rawson) una mano izquierda de una mujer de entre 40 y 50 años seccionada a la altura de la muñeca. Estaba blanda y sin las primeras falanges de cada dedo. Aún no se sabe si alguien cortó la mano de alguna tumba profanada, si fue un homicidio o una macabra marca dejada en el cuerpo de alguna mujer.