Faltaban unos 15 minutos para el cierre de otra jornada de trabajo, el sábado, y en el "Pago Fácil" de Sargento Cabral metros al Este de Callejón Ullum, en Rivadavia, ordenaban todo antes de partir. Dos empleados encaraban esos quehaceres cuando vieron a un sujeto con casco que asomó por la puerta, se aseguró de que no hubiera público y, como un cliente más, avanzó hacia la línea de cajas sin sacarse el casco. Antes de que le dijeran que había que sacárselo, mostró un arma de fuego (una pistola), la apoyó en la ranura para pasar las facturas y el efectivo. Y exigió que le dieran toda la plata y la pusieran en una bolsa de nylon que traía. A través de los cristales que separan los cajeros de los clientes, exigió también a los dos empleados, que le exhibieran las cajas ya vacías, sin ningún billete. Unos minutos después, se iba del local con $45.000 como si hubiera hecho un trámite más, justo cuando ingresaba uno de los últimos clientes sin notar nada raro.

Toda la maniobra de ese delincuente, perpetrada alrededor de las 20,45 del sábado, quedó grabada en cámaras de seguridad del local, desde la llegada en una moto con un cómplice, que lo esperó en una oscura zona a metros del local asaltado, hasta que huyó con toda tranquilidad para no despertar sospechas. Tan seguro actuó, que ni siquiera obligó a sus víctimas a entregar sus teléfonos.

"Hace tres años que tenemos este local de cobro de servicios y extracción de dinero con débito. Y nunca nos había pasado algo así. La verdad que la Policía pasa por acá temprano y luego a la tarde, entre 5 y 6, cuando está todo tranquilo, pero no pasan a la hora de cierre, que es cuando ocurrió todo esto", contó ayer Alejo Luján, hijo del propietario del local.

Y agregó: "Esto es un emprendimiento familiar, la mayoría de los empleados somos nosotros. Una de las asaltadas fue mi tía. Es muy triste que venga gente que no tiene nada que perder y te afanen todo, ahora nos llevaron unos $45.000".