EN CONTRA. La Corte de Justicia confirmó la pena máxima contra Sandro Javier Bordón por los brutales asesinatos de Víctor Sillero (87) y su esposa Florencia Bustos (86) en su casa de Rawson.

Los brutales crímenes a palazos del quiropráctico Víctor Sillero (87) y su esposa Florencia Bustos (86), quedaron a un paso de ser cosa juzgada. La Corte de Justicia desestimó el reclamo del defensor oficial Marcelo Salinas de absolver por el beneficio de la duda al único implicado, y confirmó la decisión del juez Ernesto Kerman (Sala II, Cámara Penal) de condenar a prisión perpetua a ese sujeto, el entrerriano Sandro Javier Bordón (47) por considerarlo autor de un doble homicidio doblemente agravado, por alevosía (atacar a traición) y criminis causa (matar para asegurarse el robo), tal como lo había pedido la fiscal Leticia Ferrón de Rago, dijeron fuentes judiciales.

Sillero y su esposa habían sufrido lesiones irreversibles en su cabeza en su casa del barrio Guillermo Rawson, en Rawson, el 23 de mayo de 2017. Ese día, el delincuente buscaba los $2.032.000 que Sillero tenía ahorrados. Fue esa una de las sospechas contra Bordón, porque una hija de las víctimas (él murió el 16 de junio, ella el 20 de ese mes) lo reconoció como el sujeto que antes del ataque llegó a preguntar si ya habían comprado la casa.

A Sillero se le atribuía ser descuidado con el manejo del dinero, al punto de exhibir fajos en compras mínimas o decir que tenía mucho más en su casa, indicaron.

Bordón había declarado que el día del salvaje ataque llegó, como otros pacientes, para ser atendido por el dueño de casa. Y su defensor oficial usó esa versión más otras pruebas para intentar desligarlo. Así, criticó que el fallo se basara casi exclusivamente en el testimonio de Ricardo Castro, que fue clave porque dijo escuchar cuando Bordón le confesaba a la curandera Alicia Cortez, en Chimbas, cómo había atacado a los ancianos, sin poder hallar el dinero. También dijo que la mujer le respondió que eso no era posible, porque su "visión" le demostraba que había mucha plata en la casa.

Castro no negó que declaró porque quería la recompensa de medio millón del Gobierno y aseguró que luego de escuchar ese diálogo en casa de Cortez, fue amenazado por Bordón. Pero el defensor cuestionó ese testimonio, al considerarlo interesado, y porque se contradecía con los dichos de Cortez, quien sólo admitió haber escuchado a Bordón decir que le habían encargado "asustar a los Sillero" y que se había mandado una macana.

Salinas insistió también en que los testigos que vieron salir al sujeto de la casa de las víctimas, describieron a un sujeto más similar a Castro que al propio Bordón. También le pareció contradictorio que Castro llamara 11 veces a Bordón con un chip en el momento del crimen y que, luego, al trascender el doble homicidio, lo cambiara por otro y lo llamara otras 91 veces.

Sin embargo los ministros Ángel Medina Palá, Andrea Verónica García Nieto y Horacio De Sanctis, entendieron que el juez había valorado un conjunto mayor de pruebas (no sólo el testimonio de Castro) y que del análisis de toda esa evidencia, se confirmaba que Bordón no había sido condenado de manera arbitraria. Y ratificaron el máximo castigo en su contra.