Desconcertados. Así estaban ayer Clelia y Eduardo (derecha), compañeros de expedición de la pareja que se accidentó.


Destruida. Así quedó la familia de la pareja de motoqueros brasileños que el último jueves se accidentó en la zona de El Encón, 25 de Mayo, al ser impactados por un auto en el que viajaba una familia rawsina. Sérgio Coifman (46) y su esposa Carla Gómez (42) ayer se recuperaban en el Hospital Rawson, pero sufrieron lesiones que resultaron irreparables, como la amputación de una pierna a cada uno.

Los motoqueros iban de Mendoza hacia Córdoba. Ambos sufrieron la amputación de una pierna.

“Lo que estamos viviendo es triste, nunca nos tocó pasar por algo así”, dijo ayer con mucha pena Clelia, amiga de ambos y además parte de la expedición que se vio interrumpida por la desgracia.
Coifman es abogado y Gómez, dentista. Tienen dos hijos, de 12 y 9 años. Para salir de la rutina y aprovechando su pasión por los largos viajes en moto, el pasado 7 de febrero partieron de su Pernambuco natal (en el Nordeste de Brasil), en una gira que tenía como objetivo recorrer los mejores rincones de Argentina y Chile. Los acompañaban amigos en otras dos motos.


Pero lo que se esperaba que fuera una salida reconfortante se convirtió en una pesadilla. Los motoqueros habían estado en Mendoza y rumbeaban hacia Córdoba. “El otro auto se cruzó de carril, alcanzó a rozar una moto que iba adelante y que por suerte no cayó, pero atrás venían ellos y los agarró de lleno”, explicó Eduardo, otro de los participantes de la expedición.

El abogado Sérgio Coifman y su esposa, la dentista Carla Gómez (izquierda), tienen dos hijos que se quedaron en Brasil mientras ellos pretendían recorrer Argentina y Chile.


Eso ocurrió alrededor de las 7.40 del jueves, unos 20 kilómetros al Este del control de El Encón. El automóvil, un Pugeot 208, era conducido por Héctor Bonilla (26), y lo acompañaban su mujer y su hijo de 2 años, quienes regresaban de San Luis.


Ayer los amigos de la pareja todavía les costaba entender lo que había pasado. Tuvieron que alquilar habitaciones en un hotel céntrico para acompañar a Coifman y Gómez en el hospital, mientras aguardaban la llegada de los familiares, quienes una vez que se enteraron lo que pasó decidieron venirse en avión.


Mientras, los que se quedaron allá iniciaron a través de las redes sociales pedidos de oración para que se recuperen.


Coifman ayer estaba lúcido, podía hablar y hasta comer por sus medios, pero su esposa seguía en coma inducido, estable, según los amigos.


Lo que todos esperan es que la puedan contar.