Resignado. A la izquierda, el padre de Tamara Santana dijo que intentaron de todo para salvarla, pero no pudieron. "La familia quedó destrozada", indicó. Abajo, la nena muerta.

De un momento a otro, la puerta de la cocina se abrió con violencia. Eran las 22.30 del pasado jueves. Tamara del Valle Santana (9) entró desesperada. Había estado jugando con sus vecinitas en la vereda de su casa cuando se ahogó con un chicle bolita que había comprado minutos antes en un kiosco de su barrio, el Algarrobo Verde, en Santa Rosa, 25 de Mayo. Sus padres y su única hermana, de 16 años, al principio les costaba entender lo que le estaba pasando. "Entró corriendo, estaba desesperada. Corría a la vuelta de la mesa mientras se señalaba la boca, no paraba de agitar los brazos. Ahí nos dimos cuenta que no podía respirar. Fue terrible todo", dijo ayer Oscar Alcaraz, padre de la pequeña.

El hombre comentó que hicieron de todo para intentar liberarle la obstrucción, pero lamentablemente los intentos fueron en vano. "Yo le metía los dedos pero no podía agarrar el chicle, se me resbalaba. La boca le sangraba entera. También le apretamos la pancita y le pegamos en la espalda, pero no pudimos salvarla", relató entre lágrimas.

Para ese entonces los gritos de desesperación ya habían acaparado la atención de los vecinos y varios se habían acercado para tratar de ayudar. Uno de ellos puso su auto y la llevaron hasta la sala de primeros auxilios del departamento, donde finalmente le pudieron sacar la golosina, pero no pudieron nada más porque pasó varios minutos sin respirar. Los médicos le continuaban realizando tareas de reanimación mientras la trasladaban en ambulancia al Hospital Rawson, pero en el camino, pasada la medianoche, todos los esfuerzos fueron vanos y Tamara, que iba a 3er grado de la Escuela Provincia de San Juan, falleció. Se trata de la segunda nena que muere asfixiada en menos de 24 horas en la provincia (ver aparte).

Al parecer, según lo que sus amiguitas contaron a la familia, la tragedia se desencadenó cuando Tamara, jugando, saltó y a la vez quiso gritar. El chicle de inmediato se coló en su tráquea e impidió que pudiera seguir ingresando aire a sus pulmones.

El cuerpo de la nena fue trasladado a la Morgue Judicial para que se le hiciera la correspondiente autopsia.

Ayer el papá de la nena estaba sumergido en el peor de los dolores, según sus propias palabras. "Amorosa, una princesa, era mi vida. Era la que me ayudaba en los trabajos de albañil. Ya está, para qué seguir", dijo resignado.

Una beba, ahogada mientras tomaba la leche


Unas horas antes de la muerte de la niña de 25 de Mayo, otra nenita perdió la vida, también por asfixia, pero con leche. Fue en Rawson, cerca del mediodía del pasado jueves.

La víctima fue identificada por la Policía como Ludmila Pastén, de apenas 2 años. Según las primeras conjeturas de los investigadores, la bebé sufrió una broncoaspiración mientras tomaba una mamadera de leche en su casa de la Villa Novoa, dijeron fuentes policiales.

Según los voceros, sus papás la trasladaron de urgencia al Centro de Adiestramiento René Favaloro, pero los médicos no pudieron hacer nada, pues llegó sin signos vitales.

Se espera que en las próximas horas estén los resultados de la autopsia que le hicieron al cuerpo en la Morgue Judicial, informe que terminará de aclarar la causa de su muerte.

Lo cierto es que los papás de la chiquita "estaban destrozados". "No podían ni contar lo que había pasado de lo golpeados que estaban", dijo una alta fuente policial.

El hecho es investigado por pesquisas de la seccional 24ta.