Trabajo, tranquilidad, mayor seguridad. Dos años atrás, la familia Maquieira no dudó en elegir San Juan como la provincia que reunía los requisitos ideales para cambiar de vida, porque eso representaba salir de Buenos Aires en busca de mejores horizontes. Eligieron convencidos, pero ya al segundo día de llegar las señales empezaron a ser contradictorias: les forzaron el auto y les robaron un GPS, abrigos y medicamentos. Las cosas, luego, parecieron enderezarse, hasta que un mes atrás, el jefe de hogar estacionó el auto frente a la seccional 4ta para ir a practicar guitarra y se lo violentaron para sustraerle herramientas y equipos de música, entre otras cosas.
Pero ninguno de esos ataques superó en gravedad al del último viernes en la noche, cuando los ladrones entraron a la casa que alquilan en el barrio Tulum, en Capital, y luego de violentar la puerta de ingreso al living y revolver todo, les llevaron los $25.000 juntados para renovar el contrato de alquiler, dos televisores led de 39 pulgadas, dos computadoras, vestimenta, joyas, y seis armas de distintos calibres (22, 45; 6.32, 7.65, y 9mm) que tenían como legítimos usuarios, pues el matrimonio sigue la tradición familiar y practica tiro deportivo.
Fue la peor culminación de un día que perfilaba con un objetivo diametralmente opuesto: el festejo del cumpleaños de la mamá de la dueña de casa, el último miércoles, y el hecho de que esa misma mujer volviera a caminar luego de una complicada pero exitosa operación de cadera ocurrida hace un mes.
Por eso, para celebrar, salieron a cenar el viernes sobre las 20,30. El problema surgió al volver, sobre las 23,30, cuando traspasaron el portón de ingreso y encontraron rota la puerta del living.
“Hace dos años elegimos San Juan por trabajo, tranquilidad y seguridad, pero nos equivocamos. Al segundo día nos rompieron el auto y nos robaron, luego robaron del auto de mi marido estacionado frente a la seccional 4ta pero esto es mucho más grave”, dijo ayer Anahí, la dueña de casa.
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