Carlos Ponce. Los policías de Estafas lo capturaron en San Martín. Es diabético y por eso tiene arresto domiciliario.

 

La frase sería: "Con parientes así, para qué tener enemigos…". Porque el hombre era de la familia y lo conocían de hace 10 años, aunque eso no fue impedimento para que este los embaucara. Y es que estafó a un cuñado, a dos primos y hasta una compañera de trabajo con más de 130.000 pesos. Con la excusa de que quería comprar una casa, les pidió a todos ellos que sacaran préstamos que supuestamente él mismo se iba a encargar de cancelar. No sólo que se quedó el dinero y lo malgastó, sino que no pagó y les dejó una deuda que ahora se multiplicó por la mora y la ejecución judicial.

Nadie sabe qué hizo con la plata, lo cierto es que Carlos Roberto Ponce (35) fue apresado el miércoles último en un domicilio de Pie de Palo, San Martín, por los policías de la sección Defraudaciones y Estafas a cargo de la subcomisario Cintia Alamo, señalaron fuentes de la fuerza. El hombre quedó preso por presuntas estafas reiteradas, pero como es insulinodependiente el juez de la causa tuvo que concederle la detención domiciliaria.

El periplo de Ponce comenzó allá por diciembre del 2016 cuando con el cuento de que planeaba comprar una casa para su mujer y sus hijos, empezó a hablar con algunos familiares políticos para que le prestaran dinero o que solicitaran créditos que él se iba a hacer responsable de pagar. A todos les decía que era una sorpresa para su pareja y sus dos hijos, y entonces pedía mantener el tema en secreto. A algunos los convenció. Como a Osvaldo Castro, un primo político a quien le hizo sacar dos préstamos: uno fue por 35.000 pesos. Y el otro por 15.000 pesos, cuando quiso refinanciar y cancelar el primer crédito. Ambas deudas ahora ascienden a 150.000 pesos.

Ponce también embaucó a su cuñado, de nombre Jorge Castro, con otros dos préstamos por cerca de 40.000 pesos, según la Policía. En la misma trampa cayeron otro primo político y una compañera de trabajo de Ponce que se endeudaron en 40.000 pesos en préstamos para ayudarlo.

Ponce nunca compró la casa y tampoco pagó los créditos, pero a algunos les mentía diciendo que había saldado las deudas. Es más, hasta falsificó un certificado de cancelación de deuda para dárselo a uno de los damnificados. Igual lo descubrieron. Eso le costó que perdiera la familia y que ahora esté preso.