Una familia se ausentó ayer en la mañana de su casa y cuando regresó al mediodía descubrió el robo de 10.000 pesos y un celular. No rompieron ni forzaron nada y los únicos que estaban ahí eran dos albañiles que hacían algunas refacciones en la vivienda.

Hasta anoche no habían realizado la denuncia, pero el hecho fue confirmado por Florencia Scalzotto, la hija del dueño de esa casa de calle Teniente Ibañez al 2282 del Bº Natania VII en Trinidad, Capital. La joven relató que junto a su padre, el comerciante Flavio Scalzotto, salieron de la vivienda a las 8.30 y se quedaron trabajando dos albañiles, a uno de los cuales conocen de hace tiempo. Como había confianza, no cerraron ninguna dependencia de la casa.

A las 13.30, Florencia volvió y los obreros se retiraron. Al rato, la joven fue al dormitorio de su padre a buscar el celular nuevo que habían dejando en la mesa de luz. Curiosamente, sólo halló el cargador. Al no encontrarlo, llamó a su padre. Juntos, después se llevaron la sorpresa que también faltaban 10.000 pesos que el hombre tenía en un escritorio. Esto motivó que avisaran a la Policía sobre el extraño suceso.

También llamaron a los albañiles y éstos vinieron. El mayor de ellos juró que no tenía nada que ver, igual que su yerno (un joven). Los policías empezaron a sospechar de éste último y fue así que lo interrogaron hasta que al final confesó que se había llevado el celular, pero no la plata, dijo Florencia. En efecto, devolvió el aparato. El dinero no apareció.