Se puede decir que la muerte de Alfredo Francisco Villafañe (69), el jubilado atropellado el sábado en la Circunvalación, fue absurda. Sus hijos coinciden en que si el auto no se le hubiese quedado sin gas, hoy no lo estarían llorando. Pero lo que más les duele pasa por otro lado: el hombre tenía cáncer y en el 2018 le habían dado seis meses de vida, pero increíblemente se recuperó. "Tenía tumores cancerígenos en el riñón, en los pulmones y en el intestino. El médico nos dijo que se iba a morir, pero se recuperó y los últimos análisis arrojaron que los tumores se habían reducido de una manera impresionante. La verdad andaba re bien. Es increíble, se salva de eso y se viene a morir de esta manera", dijo ayer Cristian, uno de sus cinco hijos.

La víctima, Alfredo Villafañe.

Villafañe estaba jubilado pero además tenía un kiosco en su casa del Barrio Belgrano, en Rawson, donde vivía con su esposa y compañera de toda la vida. Era músico. De joven formaba parte de un conjunto folklórico y tocaba el teclado y el arpa paraguaya. De grande, se unió a un grupo de religión evangélica y desplegaba allí su talento musical.

Lo último que hizo fue intentar llegar al cumpleaños de 1 año de una nieta. Para eso había salido en su Ford Falcon Rural, en el que iba acompañado por un hijo y la mujer de este.

Tras el hecho, el conductor del Fiat Uno quedó detenido.

El problema comenzó minutos antes de las 20, cuando transitaban por el anillo interno de la Avenida Circunvalación, entre Ignacio de la Roza y Libertador, en el costado Oeste de la capital sanjuanina. El vehículo se quedó sin gas justo a la altura del salón donde era el festejo. Villafañe paró el Falcon Rural a un costado, se bajó y pretendía caminar hasta ese salón para pedir ayuda a algún familiar, pero se quedó en el intento. El conductor de un Fiat Uno, de apellido Fernández (21), embistió al anciano cuando atravesaba la calle a pie y no le dejó ninguna chance.

Villafañe sufrió graves lesiones y falleció prácticamente en el acto. Su hijo y su nuera lo vieron morir. Según Cristian, su hermano le contó que el Fiat Uno circulaba a alta velocidad. "Venía rápido, como todos los autos que van por la Circunvalación. Lo que uno no entiende es cómo no lo vio, porque a esa hora todavía no estaba de noche. La rayada que hizo el auto fue de 20 metros, lo tiene que haber visto desde lejos, pero bueno, no lo pudo esquivar y a mi papá capaz le fallaron los reflejos, justo ese día andaba medio decaído", señaló.

Por último, afirmó que su padre "era realmente un ejemplo". "No tomaba alcohol, no fumaba, era excelente... él se convirtió a Dios y cambió, te enseñaba a respetar, a ser buena persona, a todo... siempre estaba para quien lo necesitaba, era muy solidario y siempre nos inculcó eso. Hasta solía ir al Penal a tocar para los presos, siempre pensaba en el otro", concluyó.