La magistrada. El procesamiento con prisión preventiva contra el albañil fue dispuesto por la jueza Carolina Parra, titular del Segundo Juzgado Correccional.


Inestable emocionalmente, impulsivo, dependiente del alcohol, negador de sus problemas y sobre todo cero afectivo con su hija de 14 años, a la cual se refiere mediante descalificativos y agrede verbalmente. Este es el perfil de un albañil que cayó preso por las golpizas que le daba a esa chica y que ahora fue procesado y enviado directamente al penal de Chimbas por su peligrosidad.


La dura medida de extender su detención, poco usual en estos casos, fue dispuesta por la jueza Carolina Parra que dictó el auto de procesamiento contra Pablo Javier Alfaro (37) por el delito de lesiones leves agravada por el vínculo. Si bien es un delito que se considera menor y puede ser excarcelable, la magistrada del Segundo Juzgado Correccional entendió que correspondía negar la libertad al acusado mientras dure el proceso teniendo en cuenta su peligrosidad y la posibilidad que evada la justicia en razón a sus antecedentes: este sujeto ya tenía una causa anterior, también por lesionar a otra hija, y nunca respondió a las citaciones del juzgado.


La única víctima en todo esto es esa adolescente de 14 años que sufre el abandono de su madre, que se separó de su papá y se desentendió de ella, y la violencia de su padre que convive con otra pareja y la somete a malos tratos. Actualmente la jovencita no tiene otro lugar que un hogar del Estado.

El hombre tenía una causa anterior por lesionar a otra hija.

El caso comenzó a investigarse el 23 de agosto del año pasado cuando una familia recurrió a la Policía y denunció que esta adolescente había fugado de su casa en el Bº Los Toneles, Chimbas, tras la golpiza que recibió de su padre. En realidad, la agresión había sucedido tres días atrás, pero la mujer que acogió a la chica decidió hacer la denuncia cuando le vio las marcas que tenía en el cuerpo, entre ella la huella de la hebilla de un cinto en la espalda y otro moretón. En aquel entonces intervino la Asesoría de Menores. La niña después declaró a través de Cámara Gesell y ahí relató que había ido a saludar a su papá por su cumpleaños y a cambio recibió una feroz golpiza a raíz de los comentarios de su madrastra. La chica comentó que siempre la golpeaba y que en una ocasión un vecino la defendió en la calle para que su padre no le pegara más. Es por eso que no quería volver a su casa. De hecho, un testigo contó que Alfaro era violento con sus hijos. El informe psicológico tampoco favoreció al hombre, dado que fue calificado como impulsivo, violento, adicto al alcohol y totalmente despreocupado de su hija.