Una clase de educación sexual en un colegio de la zona este de la ciudad de Salta cambió todo para una nena de 10 años. A partir de esa experiencia, la menor pudo relatar los abusos sexuales a los que era sometida desde hacía cinco años por su padrastro y ahora tanto él como su propia madre serán juzgados por ello.

La historia empezó el 28 de junio del año pasado cuando la abuela de la niña fue citada a una reunión con las autoridades de la escuela a la que asiste su nieta. En ese encuentro, una docente y la vicedirectora de la institución comentaron a la mujer que durante una clase sobre sexualidad la niña manifestó que sufría abusos por parte de la pareja de su mamá.

La abuela decidió radicar la denuncia contra el hombre, de 32 años, que fue imputado por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización y duración, continuado, agravado por la convivencia y la guarda, y corrupción de menores agravada por la guarda y la convivencia, todo en concurso real, en perjuicio de la menor.

En su declaración en un circuito cerrado de televisión, la menor pudo relatar que los abusos comenzaron cuando tenía cinco años y convivían en la misma casa ubicada en zona oeste de la Ciudad de Salta, cuando ella quedaba a su cuidado y siguieron de manera continuada hasta que ella alcanzó los diez años.

Tanto la docente y autoridades de la institución educativa manifestaron en la Justicia el malestar de la niña al momento de relatos los hechos, lo cual quedó evidenciado también en informe psicológico realizado a la menor, que evidenció que el imputado pretendió alterar, mediante conductas corruptoras, el normal desarrollo de la sexualidad de la niña.

En la investigación, sin embargo, surgió también que la madre de la niña tuvo conocimiento “inequívoco” de los hechos de los que fue víctima su hija y decidió omitir su obligación de cumplir con su cuidado y su protección. La propia nena, incluso, manifestó en su declaración que tanto su madre cómo su hermanastro fueron testigos de los abusos y que en esa oportunidad la mujer decidió solamente atacar al acusado sin dar aviso a la justicia para preservar y resguardar la integridad de su hija. Por ese motivo, la mujer fue acusada del delito de cooperación en los delitos.

Ahora, un año después de que su abuela realice la denuncia, el fiscal penal 2 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual del Ministerio Público Fiscal de Salta, Rodrigo González Miralpeix, requirió la elevación a juicio de la causa al Juzgado de Garantías N°3 porque entendió que fue acreditada la existencia de los delitos y la responsabilidad penal de los dos acusados en este caso.