"La mayor parte de Chile no sintió la dictadura de Pinochet" fue la frase que le costó ayer la renuncia al embajador chileno en Argentina, Miguel Otero. La Embajada es un contacto clave para el Gobierno de San Juan en sus gestiones por la concreción del túnel por Agua Negra y en ese marco fue que el diplomático cumplió su última aparición de protocolo al lado de José Luis Gioja y el intendente de la IV Región, Sergio Gahona, en un acto en La Serena.

Las declaraciones de Otero se publicaron el domingo en una entrevista en el diario Clarín y rápidamente se convirtieron en una bomba de tiempo. "Si no hubiera existido el pronunciamiento militar, Chile hoy sería Cuba", manifestó el diplomático.

Y continuó el análisis sobre el proceso militar pinochetista diciendo que "la mayor parte de Chile no sintió la dictadura. Al contrario, se sintió aliviada. Porque antes usted no podía comprar nada importado, tenía que pagar lo que se producía en Chile, caro y malo. De la noche a la mañana usted empezó a encontrar lo que no había".

El efecto en Chile fue inmediato, con el pedido de remoción del diplomático desde la Concertación, fuerza que gobernó más de 20 años el país trasandino antes de pasarle el poder a la coalición derechista de Sebastián Piñera este año. Por ejemplo, con fuertes críticas del presidente del Senado de Chile, Jorge Pizarro (Democracia Cristiana) y el líder del Partido Socialista del vecino país, Fulvio Rossi. Además, repudiaron los dichos de Otero la Agrupación de Detenidos Desaparecidos de Chile y hasta la escritora Isabel Allende, hija del presidente derrocado Salvador Allende.

Ayer por la tarde, la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de Chile, aprobó por seis votos contra cinco, solicitar al Presidente Piñera remover del cargo al diplomático. Poco después, la Cancillería de ese país difundió un comunicado diciendo que "el embajador de Chile en Argentina, Miguel Otero Lathrop, ha presentado su renuncia indeclinable a dicho cargo" y que "la Cancillería acepta y respeta la decisión del embajador Otero y agradece la labor desarrollada", según publicó el diario chileno La Tercera.

También informaron que el canciller Alfredo Moreno, quien ayer estaba fuera del país, recibiría a Otero en Santiago a su vuelta. El lunes, el canciller había salido a aclarar que las palabras de Otero representaban su opinión personal y no la postura del gobierno.

La gestión piñerista había negado inicialmente pedirle que se vaya al embajador. De hecho, Otero no mostraba intenciones de renunciar como lo muestra su presencia ayer mismo en el que fuera su último acto, en la IV Región, junto a los sanjuaninos. Allí, según fuentes del diario trasandino El Día, el diplomático exaltó la integración y no quiso hacer declaraciones sobre sus exabruptos, repitiendo que ya todo lo había explicado el lunes en Santiago de Chile.

En la capital chilena, el diplomático había asegurado a radio Cooperativa que "nunca" dijo "que haya estado de acuerdo con la dictadura y mucho menos con la violación a los derechos humanos". Agregando que "mi actuación en Argentina como embajador no merece reparos". Pero acto seguido, había admitido que debía pedirle disculpas al presidente Piñera porque había sido "una inconsecuencia" de su parte no haberse "dado cuenta de que esto podría haber sido interpretado de otra manera".

En Argentina también hubo revuelo antes de la renuncia. El diputado radical por La Rioja, Julio Martínez, pidió al Gobierno argentino que revoque el plácet otorgado al embajador y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) también repudió las palabras del diplomático. El diputado sanjuanino Ruperto Godoy, vicepresidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja, opinó anoche que "me parece correcta la renuncia porque se generaron muchos problemas tanto en Argentina como en Chile. No afecta en nada los compromisos con Agua Negra porque son compromisos asumidos por el presidente Piñera".

Otero, de 79 años, había sido designado el 8 de abril último por Piñera y ya entonces se analizaba que su pasado pinochetista -por su rol de Contralor de la Universidad de Chile designado por la Junta Militar- podía incomodar a la gestión K, pero igual Cristina Fernández le otorgó el plácet. La primera visita protocolar a una provincia la cumplió en San Juan el pasado 11 de mayo.